Vencejos
Ayer llegaron los vencejos. Lo hicieron con remolinos de fiesta, con espirales acrobáticas, con alegres zarandajas y fruslerías que... venían a demostrar, el reconocimiento de su casa, de mi casa. Se instalaron bajo el alero de madera, donde siempre. Ese lugar donde el año pasado hicieran su nidal y en el que, con mucho trabajo, con mucho ir y venir, alimentaron y sacaron adelante a sus polluelos.
Me senté en el patio a observarlos. Están menos ariscos que el año anterior, quizá ya me conozcan, quizá sepan que somos una familia y que nosotros vivimos en una casa que está adosada a su casa, a su nido; que somos vecinos de temporada. Tampoco se asustaron de los perros. De hecho, no sé si... porque llegaron muy cansados o por otra razón que desconozco, nos observaban piando desde muy cerca, quizá saludándonos, hablando en un idioma que todavía nos resulta ininteligible, arcano...
Me siento feliz de su llegada. Pasarán en casa la primavera y el verano, luego regresarán a su hogar de invierno. ¿En qué remoto lugar estará?
¿Qué imágenes han observado en ese otro lugar?
¿Qué ha sido de sus vidas en este tiempo?
¿Qué recuerdos tienen de éste rincón del sur de España que les ha hecho volver, sin errar el camino -con precisión milimétrica- hasta la terraza de mi/su casa?
Me senté en el patio a observarlos. Están menos ariscos que el año anterior, quizá ya me conozcan, quizá sepan que somos una familia y que nosotros vivimos en una casa que está adosada a su casa, a su nido; que somos vecinos de temporada. Tampoco se asustaron de los perros. De hecho, no sé si... porque llegaron muy cansados o por otra razón que desconozco, nos observaban piando desde muy cerca, quizá saludándonos, hablando en un idioma que todavía nos resulta ininteligible, arcano...
Me siento feliz de su llegada. Pasarán en casa la primavera y el verano, luego regresarán a su hogar de invierno. ¿En qué remoto lugar estará?
¿Qué imágenes han observado en ese otro lugar?
¿Qué ha sido de sus vidas en este tiempo?
¿Qué recuerdos tienen de éste rincón del sur de España que les ha hecho volver, sin errar el camino -con precisión milimétrica- hasta la terraza de mi/su casa?
¿Son los mismos?
Es un encanto tu relato de un hecho tan natural y a la vez tan misterioso.
Besos. PAQUITA