RIP (uno) (2014)
En la naturaleza todo muere. Cada segundo que transcurre somos algo ajeno a lo que fuimos. Las palabras, las ideas, el conocimiento cierto, las mentiras y las verdades, las naciones, los argumentos, los amores y los odios, las líneas de pensamiento -religioso, filosófico o político- también perecen: fenecen como flores vetustas y apergaminadas.
Ahora, los humanos andan descifrando el código genético: un tirabuzón helicoidal que al parecer nos define. Los científicos han encontrado en él nuestra singularidad y también nuestra homogeneidad con otras especies. Somos, al parecer, muy similares a una rana, un escarabajo pelotero o una rata de las alcantarillas suburbiales. Esto habrá supuesto un mazazo para algunos sectores radicales y nacionalistas que vienen demandando distinciones entre razas.
Somos, biológicamente hablando, poco más que las moscas verdes fosforescentes que pululan entre los excrementos.
Paco Huelva
Diciembre de 2014
Paco, tienes toda la razón y, además, con muy mala "folla", como decimos en Andalucia, por eso, ¡ASí NOS VA!