Realidad y ficción
Un escritor: Juan Villa. Un periodo histórico: el franquismo. Un lugar: Almonte. Un pintor: Jorge Camacho. Un título: "Crónica de las arenas". Un subtítulo: "La otra cara de Doñana". Resultado: una novela excepcional. Se lee de un tirón incontenible. Recia, fuerte, con madera de buenas hechuras, amarra sin sobresaltos y con un lirismo trágico no exento de crítica un periodo histórico de parte de lo que hoy es Doñana. Villa, utilizando técnicas propias de los grandes maestros del género, encuentra la unidad de acción mezclando tres historias que se unifican en la Historia no contada de Doñana. La novela propone un escenario, un cuadro, que debe diferir bien poco del que realmente se vivió en lo que se dio en llamar "El Patrimonio". Esta novela, que no será un opúsculo pasajero, convierte a Juan Villa en un escritor de la talla del eucalipto blanco que mató al ingeniero Zamacola.