Reconocimiento

Fernando Savater es un vasco con gafas de colores -a lo Elton John; aunque más feo, que ya es decir- que ha sido en los últimos años vituperado por muchos y ensalzado por pocos. Savater, tiempo ha, presentó para doctorarse una tesis titulada "Ensayo sobre Ciorán" que no pudo leer porque ridiculizaba a la institución universitaria. Posteriormente, este hombre sabio, reitero, sabio, que posee decenas de premios por su inagotable trabajo -ensayos, teatro, narrativa, artículos, tratados filosóficos...-, que se ha posicionado limpiamente y en conciencia en contra del terrorismo en el País Vasco y a favor de una paz para su tierra, ha sido vilipendiado por políticos de pandereta y por acólitos analfabetos que se han tomado la libertad de hacer escarnio de su persona sin estudiar su obra, sin conocer su lucha por las libertades y la convivencia. Savater dice en "La aventura africana" que toda persona huye de algo. Sabemos -hoy- de qué huye Savater -lo hace de la intolerancia- pero, de qué huyen los analfabetos -o no- que se mofan de él.