Lectura (2014)
Hoy me he levantado taciturno.
Salgo a la calle con un libro bajo el brazo, dispuesto a leer algo aprovechando la limpia luz de la mañana.
Me siento en un banco soleado y abro el texto por la hoja marcada.
Suenan las campanas de una iglesia cercana.
Escucho cómo los sonidos parecen metalizarse en el aire cambiando su tonalidad mientras se alejan.
¡Tann! ¡Tann! ¡Tann!
Así, hasta diez.
Luego, queda como un eco prolongado, como un vacío inesperado que me aflige.
En el interior de mis tímpanos, sin embargo, se repiten los minerales sones con la obstinación de un mantra que sólo yo conociera.
Poco a poco, voy recuperando el sonido del ambiente: el canto de los pájaros cercanos, el ruido del motor de un vehículo que atraviesa la carretera o el estertor de una puerta metálica que se enrolla en algún comercio a mis espaldas.
Me sumerjo de nuevo en el libro, y ya no oigo nada.
Paco Huelva
Noviembre de 1014