Vestidita de negro
camina, la monja,
en la mañana.
Las manos enlazadas
y un rezo inconcreto,
un corazón pálpito
-sacrílego pensamiento-
en el alba encarcelada
de su enfebrecido cuerpo,
de su llagada alma,
de su desnuda soledad...
jamás saciada.
Madrid
Semana Santa
Abril de 2014