Gao Xingjian (2014)
Hijo de un banquero y de una actriz, Xingjian vivió muy de cerca la invasión japonesa; fue encuadrado dentro del círculo de personas no deseadas durante la Revolución Cultural China y enviado a un campo de reeducación -¿qué palabra, verdad? ¡Reeducación! Es tenebrosa- entre 1966 y 1976. Se exilió en Francia y su trabajo fue prohibido en China desde 1986.
En el año 2000 la Academia Sueca le concedió el Nobel de literatura, ese cuantioso premio monetario de resonancias mundiales creado por el inventor de la dinamita -quizá para expiar su culpa cuando se dio cuenta de la cantidad de muertos que podrían caer sobre su conciencia-, que consagra una de las grandes antítesis de nuestro tiempo: la unión de la destrucción programada, de la muerte selectiva, como se dice hoy, con la libertad de creación.
Traductor reconocido (de Ionesco, de Beckett, de Kafka -a quien menciona constantemente como paradigma de escritor), novelista, poeta, dramaturgo, director de teatro y pintor (expuso en el Reina Sofía desde enero a abril de 2002), Xingjian reivindica que la literatura sólo puede ser la voz del individuo y que ha de tocar lo esencial del ser humano, lo real, a diferencia de la historia que siempre está contada desde la óptica del poder.
El creador sólo ha de ser fiel a las estructuras que imagina y a las reglas que se impone.
Lo demás son corsés que debe uno quitarse a cada instante.
Quien busque encasillarse se está vendiendo a una moda a una organización o a un sistema ideológico, filosófico o religioso en donde perderá la libertad. Ya no hay creación, hay cumplimiento de una norma.
El lenguaje es para Xingjian una bola de pasta con la que se moldean frases.
Completamente desconocido en China (también en Occidente), por las razones expuestas, es un creador multidisciplinar al que todo espíritu sensible tiene el deber de acercarse.
Yo recomendaría que se hiciera por dos de sus libros más afamados: "El libro de un hombre solo" y "La montaña del alma".
Después de ellos, cada cual buscará la senda más adecuada a sus preferencias para aproximarse a un hombre libre que escribe siguiendo los dictados de su conciencia.
El único camino posible para todo creador.
Paco Huelva
Octubre de 2014
"cada cual buscará la senda más adecuada a sus preferencias para aproximarse a un hombre libre que escribe siguiendo los dictados de su conciencia. El único camino posible para todo creador".Querido Paco, que bella frase. No me resisto a "copiarla" y presumir de quien la dijo. Un abrazo