Exposición

He hablado alguna vez de la necesidad, para los amantes del arte, de visitar la pinacoteca de Almonte. Ésta, que lleva el nombre del pintor cubano Jorge Camacho, residente en esta localidad, y que dedica la planta baja del edificio a una permanente de la obra de uno de los últimos surrealistas originarios vivos, se complementa en estos días con una temporal de fondos particulares de Camacho y de Margarita, su mujer. Denominada "Laberinto de encuentros", supone una extraordinaria colección de pinturas, fotografías, esculturas, máscaras mexicanas, muñecas funerarias... "Laberinto de Encuentros" es un barco de muchas banderas que navega sobre el piélago de las relaciones, de las experiencias, de los intereses vitales de este matrimonio, que, aparte de su incuestionable capacidad artística, ha mantenido contacto con las vanguardias creativas de medio mundo y que, hoy, está ahí -varado-, a su alcance. Wifredo Lam, Cruceiro Seixas, Matta, Henri Michaux, Sonnenstern, Marcel Duchamp... y, sobre todo, Jorge Camacho, les espera.