Usted está aquí: Inicio / Paco Huelva / Blog / El niño del olivar. (2014)

El niño del olivar. (2014)


Sin sombra aun, dos mulas y un burro caminan hacia el olivar.
Sobre los serones, tres hombres y un niño mueven ateridos cuerpos al compás inverso del lento tranco de las bestias.
Desde la memoria canto al alba helada posterior a una noche de insomnio. ¡Mañana, a coger aceitunas! -había dicho padre.
Y desde la evocación a madre: ¡Ques mu chico el niño, Curro, mu chico!
Alpargatas de largas cintas, amarradas a los bajos de un viejo pantalón de padre, lleva el niño chico, camino del olivar.
Pañuelo bajo la gorra -que no calma el frío intenso-, zahones sobre el rehecho pantalón, calcetines de lana agujados por madre bajo las alpargatas y... ¡para el olivar!
Pequeñas espuertas de varillas deshojadas, largos palos para varear las tataramitas de los árboles, redes de trazas pequeñas y, la tierra: la tierra dura y escarchada como corazón de diablo.
¡Ques mu chico el niño, Curro, mu chico!
Manos hinchadas, rojas, aturdidas, rebuscan aceitunas, queriendo seguir el ritmo de los tíos, que, acuclillados, llenan una banasta y otra, mientras la del niño apenas media, y, además, no está limpia.
¡Date prisa, coño, y no cojas las hojas ni te pongas de rodillas, niño, que se te van a helar las rodillas, joder! -dicen, en el olivar.
Olor a tierra mojada, ruidos de palos que cimbrean enramadas, olivas que caen por aquí y por allá, un sol que se asienta en el horizonte, los animales que pastan sueltos, un perro que es un puro ladrar... gorriones, chamarices, verderones y hasta una colorida abubilla con un pico largo, muy largo... y el niño, aprendiz de hombre, triste, muy triste y desorientado, en el olivar.
¡Ques mu chico el niño, Curro, mu chico!
Paco Huelva
Octubre de 2014