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El fuego en la ceniza, de Manuel Gahete (2014)


"...Insufrible es sin ti


la aciaga vida


como la voz astral que no se escucha,


como el dolor enclítico del alma,


como el incendio seco que no quema."



Si dijéramos que Manuel Gahete es uno de los grandes poetas de este país, así, a secas, habría quienes pondrían en duda tal aserto y estarían haciendo lo que deben.


Pero si continuamos diciendo que Manuel Gahete ha publicado más de veinte poemarios, algunos libros infantiles y una quincena de libros de ensayo, pues, la cosa iría encauzándose aunque, en rigor, tampoco debiera convencer a nadie de su excelencia, porque, el hecho de haber editado un montón de textos -e incluso vendido o no muchos libros, en su caso- no implica que lo que se haya publicado tenga calidad literaria, como estamos acostumbrados a ver con nada que nos asomemos a la vitrina de cualquier librería o a esos escaparates de libros que hay en las grandes superficies cerca de las ofertas del mes.


Si afinamos algo más y decimos que poemarios de Manuel Gahete han recibido el Premio Ricardo Molina, el Premio Miguel Hernández, el Premio Villa de Martorell, el Premio San Juan de la Cruz, el Premio Ángaro, el Premio Mariano Roldán, el Premio Ateneo de Sevilla... y con el arriba citado, El fuego en la ceniza (Editorial Guadalturia), ha conseguido el Premio Fernando de Herrera, pues, quizá, algunas personas estarían tentadas, como es mi caso, a introducirse en su poética, aunque sólo fuera por encontrar el halo, la estela, que hace del vate Manuel Gahete una persona de reconocida trayectoria literaria y un bardo tan significado.



Códex


Cuando me haya de morir


pon en mi cuerpo de tierra


un beso de cera gris


y préndelo con tu fuego


para que quede de mi


la ceniza de tu aliento


cuando me haya de morir.



Pero para los incrédulos, que es la posición a mi parecer más adecuada para afrontar los oblicuos senderos del devenir, siempre incierto, verdad, y tan manipulado, tan manoseado y sobado por los titiriteros del poder -esos que manejan las sombras que dejan en la platónica caverna nuestros propios cuerpos, siempre zarandeados por el minúsculo grupo dominante-... para los incrédulos, decía, quizá pudiera interesarles un clarividente ensayo escrito por la italiana Marina Bianchi, profesora en la Universidad de Bérgamo, que puede encontrarse en la Revista de Humanidades y Ciencias Sociales El genio maligno, de marzo de 2011, para así mejor comprender que estamos ante un excelso poeta que domina la rima y el ritmo, o sea lo formal, acompañándolo de un sentimiento profundo, de una jondura, que hacen de sus poemas engranajes de algo grandioso: néctares de lenguaje incluidos en sugerentes metáforas.



Estiaje


Hubo un rumor, dolor o ardor de olas,


una espesa resaca de agua muerta.


Subyacía tu voz bajo los tilos


como gélida luz de sol ajado.



¡Y qué difícil era, qué difícil


despuntar el amor bajo las piedras


donde sangraba abierta una pupila!



¡Qué difícil amar, entero, tuyo!


¡Oh trémulo cristal de azogue amado,


lapislázuli azul! ¡Cómo entenderte


con una espada al cuello del suicidio,


en una trasfixión de gris silencio!



Aun así me hallarás cuando la carne


te haga rodar alturas penosísimas,


atónita, indefensa, debelada,


con un guijarro cáustico en la boca,


con la oscura tragedia de tu nombre.



Me encontrarás paciente en el exilio,


mástil de paz asido a la deriva,


náufrago fiel, curtido, enamorado,


bebiéndome la sal de tu belleza.



De un barroquismo que pasma, que alela al lector docto incluso, Gahete hace gala de un conocimiento idiomático, de un dominio del verbo, de un ajuste fino en los poemas, a veces tan prístino, tan clarividente, que uno ha de posar los ojos una y otra vez en cada verso por el dominio de su "variada métrica" y su "léxico selecto", tal como define Bianchi algunas de las características de su poética.



Vértigo


¿A qué me condenó no haberte amado,


alacrán de diamante, en fuego vivo?


¿A qué me condenó si, estando vivo,


me duele más amar que ser amado?



¿Y cómo sin amar me siento vivo?


Me agoto sin saber qué cuerpo amado


consume este delirio desamado


donde vivo sin vida y me desvivo.



He de vivir, morir de amor, amado


sin orden ni razón. Si en todos vivo,


¿por qué no en todos puedo ser amado?



¿Quién puede reprocharme cómo vivo?


Persigo solo amar y ser amado.


He de morir. ¡Quiero morirme vivo!



Paco Huelva


Enero de 2014


http://iberarte.com/index.php/artes-plasticas/literatura/7384-el-fuego-en-la-ceniza-de-manuel-gahete




AURORA GAMEZ ENRIQUEZ
AURORA GAMEZ ENRIQUEZ dice:
21/01/2014 12:10

Que maravilla de poemas, fuerza emoción e inteligencia avivan sus versos.Vale la pena compartir la poesía de Manuel Gahete. Gracias Paco por tu artículo, nos acercas a uno de los grandes.Un saludo,