El Estatuto que se avecina
Hay responsables de ciertos sectores de la población, los menos -que nadie les quita su derecho, hay que decir-, que están trabajando activamente para desmotivar a la ciudadanía en unos casos, o solicitando el rechazo al texto, en otros.
El 28 de febrero de 1980 Andalucía consiguió, en contra de muchos agoreros, encauzar sus bases jurídicas de autogobierno a través del artículo 151 de la Constitución; lo que supuso, en síntesis, una mayor velocidad de crucero en la asunción de competencias que debían ser transferidas desde la administración general del Estado.
Aquel momento histórico, se diga lo que se diga y quien lo diga, fue beneficioso para Andalucía. El momento político actual es completamente diferente... Detrás del Referéndum, vienen ahorquilladas unas elecciones municipales -en mayo-, y las elecciones autonómicas y generales en 2.008. Y esto, no cabe duda, es un contratiempo; una losa que pesará, por desgracia, en el comportamiento de los partidos políticos a la hora de afrontar la campaña de movilización ciudadana ante el nuevo texto.
Este Estatuto, cuya génesis está en una iniciativa del presidente de la Junta en junio de 2.001, ha pasado con verdadero éxito todas las instancias legales; ha obtenido el mayor respaldo en el Congreso y el Senado -superior incluso al que tuvo nuestra Constitución de 1978-. En Andalucía, todos los partidos presentes en la Cámara, excepto el PA, van a pedir el SÍ -aunque con ciertos dislates en su discurso, lo cual es una pena- y cuenta además, con el apoyo de fuerzas extraparlamentarias (el PSA y Los Verdes de Andalucía).
IU y el PSOE han demostrado desde el comienzo un fuerte compromiso por esta reforma estatutaria. Sin embargo, el PP se ha sumado al mismo "in extremis", más por táctica electoral -sus alcaldes en muchos lugares de Andalucía se le hubieran rebelado por la cercanía de las elecciones municipales- que por convencimiento de que hubiera que profundizar en la asunción de derechos para nuestra tierra. En cuanto a lo que queda del PA, han decidido apostar por el NO porque, dicen, "Andalucía es una Nación" y "porque nos deben dinero". En fin.
A mí me pide el cuerpo decir lo que sigue. Una reforma estatutaria que ha pasado todos los trámites de la forma en que lo ha hecho ésta; que concita tantas adhesiones de partidos, sindicatos, patronales y asociaciones de todo tipo, no puede ser un movimiento de retroceso; es, claramente, un avance. El día 18 la palabra la tiene la ciudadanía y estoy convencido que será apoyado mayoritariamente. Lo que sí quiero solicitar al PP es lealtad institucional con Andalucía y que se eche a la calle sin demagogia a pedir el SI. En cuanto al PA poco importa lo que haga, su propia incongruencia los borrará del mapa político.
Así es amigo Paco. Si por una vez, y en este caso con evidente relevancia, los partidos mayoritarios van "todos a una", bienvenido sea. El PA en el pecado lleva la penitencia. Llevan años con un discurso volatil, incoherente y avivado según la dirección en la que sopla el viento. No han sabido aprovechar el tirón de las últimas municipales que sólo le han servido para sacar a la luz sus luchas intestinas, la falta de adhesión de sus propios integrantes y la ausencia de compromiso con el rédito electoral que obtuvieron. Y lo que es más alarmante para sus filas: No tienen liderato.