Beltenebros (2005)
Beltenebros, aparte de una maravillosa novela editada por el académico Muñoz Molina en 1989, que sería llevada al cine por Pilar Miró - y con la que conseguiría el Oso de Plata a la mejor dirección en el Festival de Cine de Berlín- también, es el nombre de un ensayo sobre la literatura clásica española escrito por el poeta y dramaturgo José Bergamín en 1969, que, como sabemos, vivió en Latinoamérica -especialmente en México- desde la caída de la República hasta 1970, año en que volvió a España donde murió en San Sebastián en1983.
Pero Beltenebros es algo más. Es el nombre que el ermitaño Andalod, residente en la peña Pobre, puso a Amadís de Gaula cuando se retiró de la caballería andante ante el rechazo de su amada Oriana, confundida como estaba, por las malas artes del encantador Arcalaus.
"Las aventuras de Amadís de Gaula", el paladín esforzado, publicadas por primera vez en Zaragoza en 1508, fueron recogidas por Cervantes en el Quijote y, hasta Santa Teresa de Jesús, el emperador Carlos V o San Ignacio de Loyola, manifestaron por escrito el placer que les produjo su lectura.
En este año del cuarto centenario de el Quijote, no estaría de más leer el Amadís de Gaula, libro que puede datarse como la primera y más importante novela de este género que se imprimió en España y que Cervantes quiso, por boca de el cura, el barbero, el ama y la sobrina de el Quijote, que no fuera quemado en la hoguera donde se destruyeron todos los libros del ingenioso hidalgo, por ser "el mejor de todos los libros de caballería que hasta ahora han compuesto; así como único en su arte."
Pero Beltenebros es algo más. Es el nombre que el ermitaño Andalod, residente en la peña Pobre, puso a Amadís de Gaula cuando se retiró de la caballería andante ante el rechazo de su amada Oriana, confundida como estaba, por las malas artes del encantador Arcalaus.
"Las aventuras de Amadís de Gaula", el paladín esforzado, publicadas por primera vez en Zaragoza en 1508, fueron recogidas por Cervantes en el Quijote y, hasta Santa Teresa de Jesús, el emperador Carlos V o San Ignacio de Loyola, manifestaron por escrito el placer que les produjo su lectura.
En este año del cuarto centenario de el Quijote, no estaría de más leer el Amadís de Gaula, libro que puede datarse como la primera y más importante novela de este género que se imprimió en España y que Cervantes quiso, por boca de el cura, el barbero, el ama y la sobrina de el Quijote, que no fuera quemado en la hoguera donde se destruyeron todos los libros del ingenioso hidalgo, por ser "el mejor de todos los libros de caballería que hasta ahora han compuesto; así como único en su arte."