Ana María Matute
Estuvo el jueves 9 en la Universidad de Huelva inaugurando el ciclo "Presencias literarias". Esta contadora de historias, como se definió a sí misma en su ingreso en la RAE (la tercera mujer que lo hizo en 300 años), no pierde, a sus 81 años, el desparpajo, la fantasía y la lucidez de una infante. Suele repetir, a veces, que "el niño no es un proyecto de hombre, sino que el hombre es lo que queda de un niño". A los cinco años escribió e ilustró su primer cuento. Desde entonces hasta ahora, ha ganado todos los premios importantes: el Café Gijón, el Planeta, el de la Crítica, el Nacional de Literatura (por dos veces, uno en su edición para adultos y otro por su literatura infantil), el Fastenrath... y, para colmo, ha sido finalista al premio Nobel por tres veces.
Matute, gran dama-niña de la literatura española, no ha perdido un ápice de la frescura inocente que un día le llevó a escribir, de manera interminable, cuentos prodigiosos. La literatura como la vida, la realidad como la ficción, es magia, repite, todo es magia.
Matute, gran dama-niña de la literatura española, no ha perdido un ápice de la frescura inocente que un día le llevó a escribir, de manera interminable, cuentos prodigiosos. La literatura como la vida, la realidad como la ficción, es magia, repite, todo es magia.