Columna del pasado sábado
Intolerable. Excepto el glorioso primer Gran Hermano (cuando lo mostraban como documento sociológico en vez de lo que realmente era: morbo escatológico), no he vuelto a seguir el deleznable programa. Pero de las barbaridades que ocurren en la televisión todos nos enteramos. Y ayer hice por ver de qué manera encierran a animales vulgares y sin valores como héroes de los castings. El día 25 de noviembre conmemoramos el día contra la violencia de género y, visto lo visto ayer, ese programa debería de ser clausurado de por vida. El jueves vi a un tipo del concurso blasfemar y faltar el respeto de la forma más bestia que hacía tiempo que no veía en la caja tonta. Un tío machacaba a insultos a una joven y era peor que liarse a palos con ella. Y el equipo del programa o la cadena no hizo nada porque follaban en directo y eso sube la audiencia ¿Y cuantos niños-jóvenes ven semejante golosina envenenada como "los que mucho se quieren mucho se pelean"? La falta de respeto, la calumnia, las formas soeces, el machismo más rancio y agresivo en los comedores de las casas. No quiero ver en esa cadena algún alegato contra la violencia de género. Denuncio.
Es que hablamos de Tele Cinco, la cadena que se lava los churretes de las vergí¼enzas con sus doce meses doce causas,, con su Merceditas Milá destapando chanchullos con cámaras ocultas y con su Belén Esteban vomitando mierda en pro de aparentar ser la madre de todas las madres, pero son los mismos que sacan a cara descubierta a una menor hablando de sus polvos adolescentes y de las malas compañías de la fallecida Marta o revientan las audiencias con triunfitos con acné en el micrófono y grandes hermanos de neuronas amputadas. La culpa no es de la cadena, la culpa es de los millones de gilipoyas que venden su inteligencia por un puñado de tetas.