Humo, por Pedro Gabo
Huelva 2010. El cuento del traje del emperador, sólo que en esta versión, el sastre y el emperador son la misma persona. No hay traje, no hay nada. Humo. En lugar de fajarse y ponerse a hacer política de verdad como las circunstancias parecían favorecer y requerir, nos encontramos con una nueva huida hacia adelante. Y por más que ya empiecen algunos a corear “Se ve, se ve, Huelva dosmildié”, el alcalde con esta salida sólo está demostrando incapacidad para hacer frente a los serios problemas de la ciudad.
De entrada, sólo se trata de una fecha que está libre en la agenda de los grandes eventos y un golpe de efecto que algo tuvo de asalto a mano armada. Estando allí toda Huelva, con o sin medalla, quién iba a decir no a algo potencialmente bueno para la ciudad. Y mucho menos negarse a pertenecer a un comité de notables (y esto si que es copia literal de la cosecha Zapatero).
Tuvo que aprovechar este acto porque vender humo ya no es lo que era. En la época que había dinero, el despliegue virtual hubiera acallado (aplastado) cualquier atisbo de escepticismo con la propuesta. El Polígono Agroalimentario se llevó la palma, pero después de diez años de gobierno sólo sabemos que ha cambiado de nombre unas cuantas veces. Ya no se oye el soniquete de la tercera revolución industrial ni de los tres mil puestos de trabajo. Ahora, lo moderno es Huelva 2010.
Un ayuntamiento para liderar una iniciativa de este tipo tiene que tener una solvencia económica y una trayectoria en la puesta en marcha de grandes iniciativas que le sirvan de aval. Y no la hay. Parece algo inventado a propósito para convertirlo en arma arrojadiza, bajo el señuelo populista de que quien no apoye el proyecto no quiere a Huelva. Huelva 2010, no es otra cosa que un sondeo a la sociedad onubense para elaborar el programa electoral de las próximas elecciones municipales. Pero no es tiempo de buscar otro Recreativo ni de reivindicar una Expo para Huelva (proponer que el contenido sea de carácter iberoamericano es ponérselo en bandeja a Pepe Juan, que en este tema juega en casa).
Con esta salida Perico demuestra no estar en su mejor momento. El camino del consenso con la oposición tenía más rentabilidad política. Gana el que suma, pero al parecer se sigue optando por la bronca. . No sé para qué recibió a Díaz Trillo y lo del desalojo después de todo es lo de menos. Lo que no se puede tolerar son las palabras de Moro. Que dé todos los argumentos de los que disponga, pero sin insultar, sin humo. Después de unas declaraciones tan agresivas, se echa en falta un poco de más elegancia y menos ganas de generar polémica para confundir a la opinión pública.
*
Y después del parto del 2010, un baño de realidad. Por fin se reconoce la difícil situación económica por la que pasa el Ayuntamiento y de paso se abre otra brecha de contraataque con los gobiernos autonómicos y central por lo deben. No se comprende cómo no se ha empezado a reivindicar antes, sobre todo cuando en el gobierno central hasta hace bien poco gobernaba el PP.
En esta ciudad, cuando el cielo está encapotado, a echar humo.
De entrada, sólo se trata de una fecha que está libre en la agenda de los grandes eventos y un golpe de efecto que algo tuvo de asalto a mano armada. Estando allí toda Huelva, con o sin medalla, quién iba a decir no a algo potencialmente bueno para la ciudad. Y mucho menos negarse a pertenecer a un comité de notables (y esto si que es copia literal de la cosecha Zapatero).
Tuvo que aprovechar este acto porque vender humo ya no es lo que era. En la época que había dinero, el despliegue virtual hubiera acallado (aplastado) cualquier atisbo de escepticismo con la propuesta. El Polígono Agroalimentario se llevó la palma, pero después de diez años de gobierno sólo sabemos que ha cambiado de nombre unas cuantas veces. Ya no se oye el soniquete de la tercera revolución industrial ni de los tres mil puestos de trabajo. Ahora, lo moderno es Huelva 2010.
Un ayuntamiento para liderar una iniciativa de este tipo tiene que tener una solvencia económica y una trayectoria en la puesta en marcha de grandes iniciativas que le sirvan de aval. Y no la hay. Parece algo inventado a propósito para convertirlo en arma arrojadiza, bajo el señuelo populista de que quien no apoye el proyecto no quiere a Huelva. Huelva 2010, no es otra cosa que un sondeo a la sociedad onubense para elaborar el programa electoral de las próximas elecciones municipales. Pero no es tiempo de buscar otro Recreativo ni de reivindicar una Expo para Huelva (proponer que el contenido sea de carácter iberoamericano es ponérselo en bandeja a Pepe Juan, que en este tema juega en casa).
Con esta salida Perico demuestra no estar en su mejor momento. El camino del consenso con la oposición tenía más rentabilidad política. Gana el que suma, pero al parecer se sigue optando por la bronca. . No sé para qué recibió a Díaz Trillo y lo del desalojo después de todo es lo de menos. Lo que no se puede tolerar son las palabras de Moro. Que dé todos los argumentos de los que disponga, pero sin insultar, sin humo. Después de unas declaraciones tan agresivas, se echa en falta un poco de más elegancia y menos ganas de generar polémica para confundir a la opinión pública.
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Y después del parto del 2010, un baño de realidad. Por fin se reconoce la difícil situación económica por la que pasa el Ayuntamiento y de paso se abre otra brecha de contraataque con los gobiernos autonómicos y central por lo deben. No se comprende cómo no se ha empezado a reivindicar antes, sobre todo cuando en el gobierno central hasta hace bien poco gobernaba el PP.
En esta ciudad, cuando el cielo está encapotado, a echar humo.