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Empleo, por Pedro Gabo

Es duro estar en desempleo. Y dieciséis personas de cada cien lo están en nuestra ciudad. Los datos del Observatorio Local de Empleo sintetizan en porcentajes una realidad en la que el paro sigue siendo un problema cotidiano.

El debate político en nuestra ciudad ha incorporado la delimitación de competencias entre la Junta y el Ayuntamiento. Y está bien que así sea, es lo racional. Las competencias en esta materia las tiene la Junta y si ahora se hace responsable al alcalde de estas cifras negativas en nuestra ciudad, motivos hay: prometió trabajo a tutiplén y la realidad está demostrando que, una vez más los políticos venden humo con una frivolidad que debiera estar penada.
Resultan ahora lejanos aquellos tiempos en los que Juan Carlos Adame daba cifras de creación de empleo desde el Ayuntamiento. Su Patronato de Desarrollo Local ha sido un fracaso estrepitoso, aunque como maquinaria propagandística ha sido un éxito absoluto. Lo triste es que se ha gastado mucho dinero, perdiéndose una oportunidad en nuestra ciudad que una vez más ha vivido la gloria de lo efímero como constatan los metacrilatos de colorines desgastados del primer, y último, plan de empleo local. La preconizada tercera revolución industrial ha quedado para la historia del chiste; el ayuntamiento no se ha convertido en el motor de la economía local que se auguraba y de momento los tres mil puestos de trabajo del Polígono Agroalimentario han quedado en no sé cuantas miles de solicitudes mojadas en la Agencia de Colocación.
Esperemos de todos modos que el recién creado Servicio Andaluz de Empleo dé ejemplo y empiece a funcionar con rigor. Porque se está generando una sensación que en nada favorece a un servicio público recién creado, sobre todo cuando carga con el peso de ser el heredero de las oficinas del INEM, conocidas como las oficinas del paro. Y ya empiezan a circular anécdotas; qué sería de nosotros sin el humor con el que afrontamos la vida. No se puede marear a las personas, ni mandarlas a hipotéticas ofertas de empleo (menos aún cuando están subvencionados por el propio SAE) para que les digan que las han llamado pero que quién iba a cubrir la plaza estaba decidido antes de solicitar a los aspirantes.
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Los servicios públicos tienen que ser útiles a la ciudadanía y a veces parece que tienen como objetivo justificarse a sí mismos. Y en este tema de la búsqueda de empleo no olvidemos que se subvenciona a un amplio número de entidades que trabajan para la inserción sociolaboral. La red de apoyo que se está tejiendo es tan amplia, y en ocasiones tan insegura, que a veces parece una maraña por la que deambulan las personas que son llamadas y entrevistadas más veces de la necesarias. La gente empieza a cansarse para descrédito de estos servicios de apoyo a la búsqueda de empleo porque están altamente cualificadas para realizar una buena entrevista de trabajo y un currículo, pero el objetivo no se alcanza. Esperemos que todos los que tienen responsabilidad, incluido el alcalde, la FOE y los sindicatos empiecen a dar respuestas a esta situación que machaca tantas vidas.