Usted está aquí: Inicio / Pedro Gabo / Blog / Apuestas, por Pedro Gabo

Apuestas, por Pedro Gabo

La Navidad empieza y termina con la lotería. Apostamos a un número mágico con la ilusión de que un golpe de azar le dé un cambio a nuestras vidas. Y una vez finalizado el ritual, vuelta al esfuerzo.
Así que, a la vez que se retira el alumbrado navideño y todavía con resaca de buenos deseos, es necesario que en nuestra ciudad se empiecen a vislumbrar apuestas que nos saquen del embarrado en el que nos encontramos en la vida política municipal.

Apostar, de una vez, por dejar de dar esta sensación de primitivismo. Quedan dos años y medio para que haya municipales y se está haciendo insoportable la incapacidad para el diálogo que están demostrando los responsables políticos en nuestra ciudad.
No nos podemos permitir que prevalezca este continuo tono de bronca que tuvo su expresión más indigna en lo que pasó en el Torrejón entre concejales de los dos partidos mayoritarios. Los representantes del pueblo no deben dar semejante espectáculo. O ejemplo. Adoptan las conductas que precisamente hay que erradicar y de las que la buena gente de los barrios está tan harta.
*
La inseguridad ciudadana se ha convertido en nuestro mayor problema. La apuesta del equipo de gobierno municipal para hacer frente a la demanda de más políticas sociales es el llamado Plan de Inclusión.
Los problemas ya no se pueden ocultar tras cortinas de humo publicitario. Hace falta un fuerte liderazgo político y no es Juan Carlos Adame una buena apuesta. Ya ha tenido bastantes oportunidades. Arrastra una estela de desastres y su credibilidad en el entramado social de la ciudad está más que agotada. Entre el conocido Proyecto Urban y el, más conocido aún, Patronato de Desarrollo Local, los millones que ha gastado se cuentan por miles y los resultados ya los estamos viendo. Sin pasar por alto la incapacidad que ha demostrado con el denominado Plan de Inclusión del Distrito V, que bien le podría haber servido de ejemplo en el resto de la ciudad.
El alcalde (ahora también como presidente del PP) tiene que dar un giro importante a su política para remontar la sensación de parálisis, de falta de ideas y proyecto, que desde hace tiempo transmiten él y su equipo de gobierno. Es el momento de romper con la esclerosis interna, remover un poco las fichas y apostar por concejales de segundo orden que no han sido valorados o, incluso, de modo sorprendente, han quedado relegados.
Son el caso de Socías y de Pepa Rodríguez a los que se les ha dado pocas oportunidades para proyectarse políticamente, siendo gente con ganas y con bríos (o precisamente por eso), frente a otros compañeros que desde hace tiempo transmiten una sensación de cansancio que parecen mantenerse en los cargos en los que están sólo por el sueldo.
No es momento para que el alcalde continúe desperdiciando el capital humano con el que cuenta. Ahora más que nunca le hace falta gente que haya demostrado su capacidad para conectar con la ciudadanía de los barrios, de tener iniciativa, de saberse mover en la dificultad y sobre todo que transmita mayor credibilidad. Ha apostado fuerte y tiene dos años y medio por delante para demostrar, o demostrarse, que es capaz de remontar. A ver qué hace.