Samuel BecKett
(¿Y si nos arrepintiéramos? / ¿De qué? / ¡Hombre! No hace falta entrar en detalles. / ¿De haber nacido?). Centenario de su nacimiento. Premio Nobel. Estrenó en 1953, en París, su obra teatral más reconocida: "Esperando a Godot". Se ha dicho de él que sus personajes no son humanos, que no pertenecen a este mundo -como si hubiera otro-. Tanto en sus poemas y cuentos, como en sus novelas y piezas teatrales, encontró la expresión adecuada para hablar del absurdo en que nos movemos constantemente. (No me arrepiento de nada, lo único que lamento es haber nacido, es tan largo morir, siempre lo he dicho, tan cansado a la larga).
Beckett fue otro dublinés errante de los que esta ciudad ha dado a la literatura universal (Wilde, Joyce, Yeats...). Los centenarios a veces sólo sirven para que los políticos se luzcan y las editoriales se forren. También -y eso sí es una suerte-, para que alguien descubra a un personaje que fraguó en vida una obra insuperable. Que construyó con el material en que se hacen los sueños un mundo paralelo al de sus coetáneos, cimentando al final, su propio universo: un único canto, un sólo verso. Nunca sabremos si fue feliz o no, pero podemos afirmar que allí residió -donde únicamente le interesaba- siendo fiel a sí mismo y a su "idea del mundo y de las relaciones". Cuando pase el año, excepto para los que aman la literatura y el teatro, caerá otra vez en el olvido; pero no habrá muerto, al menos no del todo.
Beckett fue otro dublinés errante de los que esta ciudad ha dado a la literatura universal (Wilde, Joyce, Yeats...). Los centenarios a veces sólo sirven para que los políticos se luzcan y las editoriales se forren. También -y eso sí es una suerte-, para que alguien descubra a un personaje que fraguó en vida una obra insuperable. Que construyó con el material en que se hacen los sueños un mundo paralelo al de sus coetáneos, cimentando al final, su propio universo: un único canto, un sólo verso. Nunca sabremos si fue feliz o no, pero podemos afirmar que allí residió -donde únicamente le interesaba- siendo fiel a sí mismo y a su "idea del mundo y de las relaciones". Cuando pase el año, excepto para los que aman la literatura y el teatro, caerá otra vez en el olvido; pero no habrá muerto, al menos no del todo.