Los miserables (2015)
El título responde a una de las grandes obras escritas por Víctor Hugo.
Resulta curioso meditar sobre lo dicho hace tanto tiempo y comprobar cómo -a pesar de los avances de la ciencia y las nuevas tecnologías- los comportamientos humanos se siguen ajustando como la seda a unos pocos de arquetipos.
Decía Víctor Hugo: "No hay poder que no tenga su comitiva, ni fortuna que no tenga su corte. Al avanzar ellos mismos, hacen progresar a sus satélites: es cada uno de ellos un sistema solar en marcha. Su esplendor irradia sobre su séquito: su prosperidad se distribuye entre sus paniaguados en buenas promociones y buenos ascensos."
Curioso, muy curioso... que los seres humanos no aprendamos con el tiempo.
"Es necesario que nos constituyamos en tribunal; que nos encerremos con nuestra conciencia y reflexionemos" -continúa el de Besanzón.
Pero... ¿por qué no lo hacemos?
¿Por qué nos dejamos llevar por el pensamiento único y no disentimos?
¿Por qué nos dejamos arrastrar por el encantamiento de tanto embaucador si sabemos que nos están engañando, que sólo somos un eslabón de la cadena que nos ata a sus exclusivos intereses crematísticos?
¿Por qué?
Contéstese a placer.
Paco Huelva
Enero de 2015
Por comodidad principalmente y por la falta de herramientas que da la incultura. Envidiamos y queremos la buena vida de los poderosos, por eso la valoramos más que la nuestra propia y les perdonamos sus "pequeños" y corruptos pecadillos. Queremos formar parte de ese séquito, de esos perros fieles.