Imágenes de España III (2014)

Vine a este país buscando la felicidad.
Para hacerlo trabajé duro durante años, vendí lo que tenía e hipotequé mi futuro.
La muerte me ha tocado con su manto en una noche negra y cimarrona donde las aguas asaltaban una vieja patera cargada de ojos blancos.
De las treinta personas que cruzábamos el estrecho sólo siete llegamos vivos a este lugar. No sé nada de mis compañeros de viaje; ni quiénes eran ni cómo se llamaban.
Llevo tres meses deambulando por la ciudad buscando un trabajo que no obtengo.
Soy licenciado universitario en mi país pero eso de nada me vale. La vida se ha convertido en un misterio insondable para mí, he perdido la fe: no me queda ni dignidad.
Me alimento de los contenedores de basura; rebusco entre los desechos ajeno a la gente que me observa con asombro.
Ya no miro a la cara. Voy por la calle ensimismado, viviendo sin vivir en mí como la monja española de hace siglos.
Duermo en un parque con periódicos que me introduzco entre la ropa para aguantar las heladas matinales.
Me han robado lo poco que traía en un macuto.
Ya no me aseo y mi aspecto es desagradable. Me siento un animal abandonado por los suyos.
No puedo volver a casa, no de esta forma.
Recuerdo haber leído a un escritor que decía "camino y camino y no ando nada".
En mi caso creo que es peor, cuanto más camino más me hundo en la ciénaga que poco a poco me ahogará.
Mis ojos resbalan por el cuerpo de las personas con que me cruzo sin posibilidad de encuentro alguno.
El llanto no me sale y se me escurre por dentro hasta asfixiarme. Se me ha endurecido el alma y el odio empieza a crecer en mí como un tumor irreparable.
Paco Huelva
Octubre de 2014