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Huelverías (I)

Si nadie se conoce a sí mismo, ¿cómo puede pretender conocer a los demás?

Si, por mucho que nos esforcemos, no somos capaces de entender el mundo, ¿cómo hay personas o grupos que dan consejos?

Si moriré sin haber comprendido nada, ¿cómo podría exigir que los demás me entiendan?

Si el azar juega un papel tan importante en lo que somos, ¿porqué hemos de preocuparnos tanto de lo venidero?

Si el sueño y la vigilia forman las dos caras de una misma moneda en cada uno de nosotros, ¿por qué -a veces- nos jugamos la vida a cara o cruz prescindiendo de la mitad de lo que somos?

Si ayer aprendimos algo, ¿por qué actuamos hoy como antesdeayer y nos sorprenderemos de lo que ocurrirá mañana?
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El acento de la i
El acento de la i dice:
08/06/2006 17:22

"Si un hombre atravesara el Paraíso en un sueño y le dieran una flor como prueba de que había estado ahí; y si al despertar encontrara esa flor en su mano... ¿Entonces qué?". Del poeta inglés Samuel Taylor Coleridge.

PacoHuelvaCala
PacoHuelvaCala dice:
08/06/2006 18:31

Coleridge -que era uno de los poetas preferidos de Borges- jugó desde un punto de vista creativo con elementos hasta ese momento insospechados. Igualmente lo hizo Shakespeare en sus obras teatrales; de hecho, el crítico literario Harold Bloom afirma que todo lo que Freud afirmó en su "Teoría del spicoanálisis" ya estaba en síntesis en los monólogos de Hamlet, El rey Lear, Macbeth u Otelo...
De todas formas, la introspección o la literatura psicológica nos ha llevado no sólo al narrador omnisciente, sino también, a abrir la palabra al yo, diferenciándola del narrador.
Si encontrase esa "flor en la mano" desde luego mis pobres tesis racionales sobre lo que es el mundo se tambalearían como si un terremoto que tuviese su epicentro en mi alma, me sacudiera violentamente.
Andamos faltos de muchas cosas, entre las cuales, habría que destacar nuestras ausencias de certezas.
Tenemos la vida cogida con alfileres. En cualquier momento nuestro tenderete existencial y emocional se viene abajo.
Acento sobre la i, decía John Milton en El paraiso perdido: "¡Cuán dura será una eternidad empleada en adorar a quien tanto odiamos! Rechacemos ese espléndido vasallaje. Busquemos nuestro bien en nosotros mismos, viviendo por nosotros y para nosotros, libres en estos vastos subterráneos, sin depender de voluntad alguna y prefiriendo tan dura libertad al blando yugo de una pomposa servidumbre."
Si los hechos nos demuestran que la rosa está en nuestra mano, sin duda, en sueños o realmente, habremos pasado por el Paraiso.
UN ABRAZO
PACO HUELVA

manuel rubiales
manuel rubiales dice:
08/06/2006 10:31

A esas preguntas que dejas en el aire (por ponerlas en algún lugar imprescindible para todos/as) yo sólo puedo responder que en el fondo somos eternos aspirantes a ser lo que creemos que somos, torpes alumnos de una vida que, en la mayoría de los casos, solo conseguimos aprobar con suficiente raspadito. Menos mal que aun nos queda camino para seguir aprendiendo. Vino y besos.

alargaor
alargaor dice:
09/06/2006 13:59

Como dijo no sé quién a Javier Ortíz, y a su vez éste a nosotros, y a nuestra vez nos a vosotres:
"No cambies nunca una brillante carrera de perdedor por un puto y vanal éxito de mierda".

PD.-El paraiso terrenal, en nuestro caso mayormente marítimo coster, está ya urbanizado y ci/ementado a punta pala...a punta del caimán, a punta del moral, a Punta, nene.
Un abrazo -si es que logro extender mis brazos sin darle con los codos a la de la sombrilla de al lado-
Mejor un beso.