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Evo Morales

Bryce Echenique decía de Juan Rulfo -en La Rábida- que éste fue capaz de ponerle "voz" al indio. En Rulfo, es curioso, no hay alusiones políticas, sólo vida cotidiana: una vida eternizada en el tiempo. (Se le resbalan a uno los ojos al no encontrar cosas que lo detengan). En su literatura los vivos son como fantasmas; los niños no tienen infancia y los muertos parecen vivos porque se dialoga con ellos, se les cuida y se les da de comer. No se abandonan los pueblos porque ¿quién cuidará de los muertos? Evo Morales aparece en escena como la antítesis política del Rulfo literario. Ha despertado al indio de su letargo. Es más, él mismo es casi una aparición irreal en el contexto internacional: algo no aceptado o asumido a regañadientes. El sueño de Evo Morales es un espejismo maravilloso pero no lo podrá llevar a término. Las multinacionales no le dejarán. Quizá tampoco sea la mejor forma de despertar al indio. En fin, otra oportunidad perdida que cursará con dolor y sangre; el dolor y la sangre los pondrán los de siempre
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rafa leon
rafa leon dice:
06/05/2006 01:07

Pues sí, estoy de acuerdo, puede que no sea la mejor forma de despertarlo, pero tal vez sea la única. Y sí, uno o dos Evos nunca podrán con las multinacionales, pero igual tres o cuatro...

Pero claro, después (o más bien ya) vendran tres o cuatro politicastros a sueldo a contarnos con cinismo que se van a defender los intereses de España en el ausunto petrolífero y gasístico boliviano... y ¡nos lo tragaremos!

En cualquier caso, como sé que te gusta Kundera y su insoportable levedad te refiero un pasaje de esa obra que seguro que recuerdas: aquel en que el ex-director del periódico, junto con el hijo de Tomás, le piden a este que firme un manifiesto para que sean liberados los presos políticos. Y Kundera más tarde reflexiona y nos dice que el objetivo no era liberar a los presos políticos, y que todos sabían que eso no sucedería, que el verdadero objetivo era demostrar que aún había gente que no tenía miedo o que al menos quería seguir haciéndole frente (más o menos, cito de memoria). Creo que por eso, el esfuerzo de Evo Morales puede merecer la pena, pues puede, además, ser el germen de más gente que se rebele contra el miedo. Aunque, también estoy de acuerdo, en que el dolor y la sangre la pondrán los de siempre (aunque tampoco deja de ser del todo verdad, que ese dolor y esa sangre ya hace tiempo que en Bolivia la vienen poniendo esos mismos)

Un abrazo
Rafa