El Van Gogh sueco
Ake Ehrenberg falleció en 1990. Antes de su muerte fue sacerdote, general, funcionario de la Sociedad de Naciones, pintor, visionario y sobre todo un viajero intempestivo. Está enterrado en la iglesia de Andarum, donde uno de sus cristos preside el ábside de este edificio del siglo XVI.
A Ehrenberg se le conoció como el "pintor de la primavera" o "el Van Gogh sueco". Ehrenberg sólo pudo vender un puñado de cuadros en toda su vida; sin embargo, en España, y bajo la protección de su viuda Carmen Boixadós y tres socios españoles, se encuentra casi toda su herencia pictórica: más de mil cuadros, algunos de los cuales han podido verse en la Sala de Exposiciones San Hermenegildo de Sevilla.
Aunque viajaba mucho, pasaba meses enteros en España. De ahí que sean recurrentes en sus lienzos motivos típicamente andaluces: la lidia, la sierra de Granada, las puestas de sol de nuestras costas y sobre todo el esplendor de la primavera manifestado en cardos, almendros, rosas, margaritas, hibiscos y helechos.
Ehrenberg conoció a los surrealistas españoles en París y hasta contribuyó de su peculio al famoso primer viaje que hicieron Gala y Salvador Dalí a Nueva York
Presumía de haber dado la vuelta al mundo tres veces y media y de no haber dejado de pintar nunca. Todo lo que se cruzaba en su camino quedaba reflejado en sus lienzos, de ahí su diversidad temática.
Su pintura sorprende por su colorido y por su movilidad. Especialmente destacables son sus carreras de caballos. Si pueden, acérquense a su obra. Les sorprenderá.
A Ehrenberg se le conoció como el "pintor de la primavera" o "el Van Gogh sueco". Ehrenberg sólo pudo vender un puñado de cuadros en toda su vida; sin embargo, en España, y bajo la protección de su viuda Carmen Boixadós y tres socios españoles, se encuentra casi toda su herencia pictórica: más de mil cuadros, algunos de los cuales han podido verse en la Sala de Exposiciones San Hermenegildo de Sevilla.
Aunque viajaba mucho, pasaba meses enteros en España. De ahí que sean recurrentes en sus lienzos motivos típicamente andaluces: la lidia, la sierra de Granada, las puestas de sol de nuestras costas y sobre todo el esplendor de la primavera manifestado en cardos, almendros, rosas, margaritas, hibiscos y helechos.
Ehrenberg conoció a los surrealistas españoles en París y hasta contribuyó de su peculio al famoso primer viaje que hicieron Gala y Salvador Dalí a Nueva York
Presumía de haber dado la vuelta al mundo tres veces y media y de no haber dejado de pintar nunca. Todo lo que se cruzaba en su camino quedaba reflejado en sus lienzos, de ahí su diversidad temática.
Su pintura sorprende por su colorido y por su movilidad. Especialmente destacables son sus carreras de caballos. Si pueden, acérquense a su obra. Les sorprenderá.