Despedida (2014)
Cuando vino a por mí y cargó con su faca, entendí que yo en su lugar hubiera hecho lo mismo. En el instante en que me sentí rajado, vi el miedo anidado en tu rostro por si la vengadora daga encaminaría los pasos hacia ti después de acabar conmigo.
Te dije que era peligroso mantener esta relación; yo tenía que pagar por lo que hice a mi mejor amigo, tu marido. Espero que mi muerte sirva para redimirnos a ambos y no sea necesaria la tuya. Que, con el venero de sangre que mana de mi cuerpo, puedan saciarse sus celos. ¡Adiós!
Paco Huelva
Marzo de 2014
Breve y claro, pero nadie escarmienta en cabeza ajena, por eso de las "hormonas". Saludos