Derecho a una vivienda digna (y II)
Comentábamos en el artículo anterior, las conclusiones a las que llegaba el Relator Especial de la ONU Miloon Kothari en relación con el derecho a una vivienda digna en nuestro país y cuáles eran las causas que motivaban una situación insostenible -aparte de indignante-, que..., a criterio del que firma, no habrían sido lo suficientemente aireadas por los medios de comunicación españoles, aunque sí, ciertamente, en otros países de nuestro entorno inmediato.
Continuaremos hoy, para finalizar, con algunas de las recomendaciones incluidas en las "Observaciones de Carácter Preliminar" que debieran emprenderse, según el Relator, en nuestro país: 1) Facilitar la exigencia judicial y mecanismos de queja eficaces que permitan la concreción del derecho a una vivienda adecuada consagrado en el art. 47 de la Constitución. 2) Penalizar de manera drástica la corrupción, la discriminación y otros comportamientos no éticos en el sector inmobiliario. 3) Adoptar una política estatal de vivienda global basada en los derechos humanos y en la protección de los más vulnerables. 4) Integrar la dimensión social en todas las políticas de vivienda y de planeamiento urbanístico. 5) Llevar a cabo una moratoria de la recalificación de suelo hasta la entrada en vigor de la nueva Ley del Suelo, que debería incluir estrategias de aplicación más estrictas en materia de derecho a la vivienda y al suelo que las contempladas en el anteproyecto actual. 6) Abordar de manera urgente, en todos los niveles de gobierno, la situación de la falta de vivienda (a pesar de los más de tres millones de viviendas vacías existentes en España) y de servicios sociales, sobre todo, para personas con bajos ingresos, sin techo, inmigrantes y comunidades romaníes. 7) Proporcionar diversos tipos de alojamientos que incluyan refugios, alojamientos de emergencia, de acogida y viviendas temporales. 8) Conseguir un aumento de la disponibilidad de viviendas en alquiler mediante un empleo más eficaz de los edificios deshabitados. 9) Construir un parque público de viviendas de alquiler dirigido a atender las demandas de la población con bajos ingresos. 10) Reflexionar seriamente sobre el funcionamiento del mercado y del actual modelo de propiedad privada, así cómo sobre las subvenciones para la compra que benefician a los sectores más altos del mercado de la vivienda. 11) Estudiar también, la afectación negativa que el punto anterior tiene en la generación de viviendas para sectores con bajos recursos. 12) Comprometer a los diferentes niveles de gobierno en un proceso de consulta -amplia y genuina- con la sociedad civil, a la hora de diseñar políticas y estrategias en materia habitacional y urbanística... etcétera.
Miloon Kothari celebró, no obstante, la apuesta que se ha hecho en España por la universalización de otros derechos básicos, como son la sanidad y la educación, pero, matizó, de que no habrá calidad de vida sin la inclusión de la vivienda dentro de los derechos básicos de la ciudadanía, con posibilidades reales de acceso a la misma.
Lo dicho por Kothari está bien, y es evidente. La realidad es esa. Lo malo de todo ello es su puesta en práctica. La colisión de intereses en el sector inmobiliario es tan grande, el volumen de negocio tan desorbitado, que los "dividendos" que se reparten difuminan lo dicho, como si... más de uno, tuviera una ceguera cortical.
Continuaremos hoy, para finalizar, con algunas de las recomendaciones incluidas en las "Observaciones de Carácter Preliminar" que debieran emprenderse, según el Relator, en nuestro país: 1) Facilitar la exigencia judicial y mecanismos de queja eficaces que permitan la concreción del derecho a una vivienda adecuada consagrado en el art. 47 de la Constitución. 2) Penalizar de manera drástica la corrupción, la discriminación y otros comportamientos no éticos en el sector inmobiliario. 3) Adoptar una política estatal de vivienda global basada en los derechos humanos y en la protección de los más vulnerables. 4) Integrar la dimensión social en todas las políticas de vivienda y de planeamiento urbanístico. 5) Llevar a cabo una moratoria de la recalificación de suelo hasta la entrada en vigor de la nueva Ley del Suelo, que debería incluir estrategias de aplicación más estrictas en materia de derecho a la vivienda y al suelo que las contempladas en el anteproyecto actual. 6) Abordar de manera urgente, en todos los niveles de gobierno, la situación de la falta de vivienda (a pesar de los más de tres millones de viviendas vacías existentes en España) y de servicios sociales, sobre todo, para personas con bajos ingresos, sin techo, inmigrantes y comunidades romaníes. 7) Proporcionar diversos tipos de alojamientos que incluyan refugios, alojamientos de emergencia, de acogida y viviendas temporales. 8) Conseguir un aumento de la disponibilidad de viviendas en alquiler mediante un empleo más eficaz de los edificios deshabitados. 9) Construir un parque público de viviendas de alquiler dirigido a atender las demandas de la población con bajos ingresos. 10) Reflexionar seriamente sobre el funcionamiento del mercado y del actual modelo de propiedad privada, así cómo sobre las subvenciones para la compra que benefician a los sectores más altos del mercado de la vivienda. 11) Estudiar también, la afectación negativa que el punto anterior tiene en la generación de viviendas para sectores con bajos recursos. 12) Comprometer a los diferentes niveles de gobierno en un proceso de consulta -amplia y genuina- con la sociedad civil, a la hora de diseñar políticas y estrategias en materia habitacional y urbanística... etcétera.
Miloon Kothari celebró, no obstante, la apuesta que se ha hecho en España por la universalización de otros derechos básicos, como son la sanidad y la educación, pero, matizó, de que no habrá calidad de vida sin la inclusión de la vivienda dentro de los derechos básicos de la ciudadanía, con posibilidades reales de acceso a la misma.
Lo dicho por Kothari está bien, y es evidente. La realidad es esa. Lo malo de todo ello es su puesta en práctica. La colisión de intereses en el sector inmobiliario es tan grande, el volumen de negocio tan desorbitado, que los "dividendos" que se reparten difuminan lo dicho, como si... más de uno, tuviera una ceguera cortical.