Cuando las grietas quedan a la vista (2014)
Una legión de olas batiéndose contra el muro infranqueable de la usura. Eso es España.
Un ir y venir de seres humanos derramando sudores en el cántaro nunca saciado de los especuladores que, luego, los magos de las finanzas, en un visto y no visto, convierten en oro líquido para el solaz de unos pocos.
Mientras, en la cresta del pétreo farallón en donde se esconden los detentadores del poder real, ondea la bandera de siempre, izada sobre las miserias de los otros, de los que no residen en la fortaleza: los desarrapados, los desahuciados, los sin techo, los sin derechos, los sin voz, los sin nada...
Esta tribu de malditos mercaderes, en la que no es raro ver a políticos de diverso pelaje, aprovecha las aguas calmas para llenar sus particulares arcas con las plusvalías que obtienen de actos que solo pueden calificarse de ominosos: faltos de ética.
En ese opulento y maldito territorio, habitado por los más selectos cleptómanos, conviven y se aparean entre sí para no perder la posición privilegiada que les aporta sus enmarañados y pingí¼es negocios.
Pero, de vez en cuando -las olas que se acercan a la playa, obedientes a los ciclos universales marcados por leyes de exactos coeficientes predichos al detalle por gurús de la estrategia, con alturas exactas de pleamares y bajamares-, ocurre, que del fondo de la tierra, una ronca sacudida hecha de clamorosos reclamos, rompe la falla de la normalidad y una onda de energía liberada sacude aquello que parecía resistente rompiendo todas las barreras inexpugnables.
Poco después, un tsunami de proporciones apocalípticas, con todas las olas aunadas en una sola ola, en una sola acción, en una sola voz, barrerá, como quien limpia un patio sucio con el agua a presión de una manguera, la inmundicia y la soberbia de aquellos que por creerse dioses de lo ajeno, olvidaron, en sus mullidas vidas, la labor de vigilancia y dejaron huellas evidentes de sus tropelías.
Por ahí, por esas ocultas grietas a las que no prestaron atención, entrará la nueva vida a lomos de la solidaridad, la igualdad y la legalidad, y, los jerifaltes, todos, serán guillotinados en las mismas secretas mazmorras en las que en otro tiempo guardaron sus tesoros.
Y comenzará un nuevo ciclo. Así es la vida.
Paco Huelva
Octubre de 2014