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Credibilidad

Cuando Borges y Bioy Casares escribían cuentos conjuntos con el pseudónimo de Bustos Domecq -utilizaron muchos otros-, creyeron descubrir que podían definir a los personajes según la manera de hablar de los mismos. Y me pregunto ¡iluso de mí!, si esta regla podría servir para catalogar a las personas. Es decir, si escuchándolas, podríamos conocer su perfil psicológico, su intencionalidad, o, incluso, su catadura ética. Y me respondo que no. Decididamente, no. Hay escritores que, dada la grandeza de los personajes que han creado, han sido rebasados en notoriedad por los mismos: Don Quijote es más interesante que Cervantes; Hamlet u Otelo más que Shakespeare. ¿Cómo es posible entonces, que, demos más credibilidad a los personajes -a la literatura, a la ficción en definitiva- que a la realidad? Aplicada esta hipótesis a la clase política, ¿no debería ésta -en estos momentos- hacer un ejercicio de reflexión y de consenso en temas cruciales que permitiera recuperar parte de la credibilidad perdida? ¿O es necesario seguir soñando?
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dondeestasJFA
dondeestasJFA dice:
13/01/2007 04:21

No sólo se puede sacar a la palestra la palabra "consenso" cuando puede llegar a significar "que los otros piensen lo que pienso para que consensuemos"
Creo que debe ser un ejercicio más profundo y maduro, que es acercar posturas en vez de alejarnos cada vez más. Pero visto lo visto a nuestra democracia todavía, ni le han salido pelos en los huevos y vosotros políticos pareciese que vivís en el patio del cole, o al menos esa imagen dais.

rafa leon
rafa leon dice:
13/01/2007 10:29

Creo, Paco, que tan importante como lo que dices, o más, es que los políticos recuperen el "consenso", por llamar de alguna forma al servicio público que les deben, que perdieron para con los ciudadanos, para ponerse a una infame disposición de muy contados intereses particulares. Los políticos, en su inmensa mayoría han perdido los papeles (aunque no vengan las fuerzas de seguridad a repatriarlos al limbo -su país de origen-) y se creen los creadores de la sociedad, cuando sólo son unos personajes de ficción que jamás deberían tratar de superar al conjunto de los ciudadanos por el que fueron creados.

Un abrazo
Rafa

MANUEL RUBIALES
MANUEL RUBIALES dice:
13/01/2007 15:01

Admirado Paco mucho de los problemas de la política de este pais, incluídas todas las administraciones, desde la nacional hasta la municipal, se resolverían, creo, limitando los plazos de mandato y desprofesionalizando la catividad política. Aquí el que coge un sillón no lo suelta ni con agua caliente y, si o hace, acaba ocupando otro de alguna otra administración, consejería o empresa pseudo pública o pseudo privada. Es normal que ante esta situación el que tiene su parcelita de poder y su abultada cuenta bancaria, y demás beneplácitos, haga lo que sea por arañar votos, aunque ello suponga enfrentarse a la idea de concenso, racionalidad, solidaridad o sentido común. Un abrazón.

Lucia
Lucia dice:
14/01/2007 21:48

En ocasiones la ficción es más perfecta porque es "imaginada", la realidad tiene que ser "practicada","materializada"; entonces descubrimos en repetidas ocasiones, que no "le estamos a la altura", y algo decepcionados comprendemos que lo que podemos ser, es siempre más pobre que "aquello que quisiéramos ser". La literatura, el arte, la política....sólo puede ser imperfectamente humana.... pero, ¡ay!, "¡seamos utópicos y pidamos "lo imposible" !

Exijamos a nuestros políticos ese consenso, racionalidad, sentido común y todo lo que comentais.

Un saludillo

PacoHuelvaCala
PacoHuelvaCala dice:
14/01/2007 22:12

GRACIAS POR VUESTROS -SIEMPRE- ACERTADOS COMENTARIOS.
UN ABRAZO
PACO HUELVA