Aviso de atentado (2015)
El tiempo pasa lentamente, mientras... en algún lugar, una persona se propone activar un explosivo que reventará una estación de servicio dentro del casco urbano de la ciudad.
Los servicios de emergencias están alertados, las autoridades informadas y el minutero del reloj se mueve con gélida constancia hacia la hora comunicada.
Tic, tac, tic, tac...
Se acerca la hora fatídica y en el centro de control de emergencias los operadores no reciben llamada alguna.
Tic, tac, tic, tac...
-Si tuviéramos algo más de miedo, sólo un poco más, quizá pudiéramos llorar -dice un operador a otro.
Tic, tac, tic, tac...
-Ante la impotencia de esta espera, uno no sabe si rezar -dice el otro.
Tic, tac, tic, tac...
Es la hora comunicada en que el explosivo debe estallar.
Tic, tac, tic, tac...
Todos los operadores de la sala de control están tensos y se mueven de forma pausada, como intentando romper el hielo de la figura hierática que se les ha quedado fría y desolada en la comisura de los labios.
Tic, tac, tic, tac...
Pasa un minuto de la hora. Dos minutos. Cinco minutos.
Tic, tac, tic tac...
A los diez minutos el reloj se para, como relajándose y relajándolos.
Todos, un poco acobardados, se van a casa festejando no saben muy bien qué.
Paco Huelva
Marzo de 2015
Conciso y clarooo, maestrooo...!