Usted está aquí: Inicio / Paco Huelva / Blog / Atentado

Atentado

La mayoría de los actos que realizamos tienen una finalidad, nacen de un propósito intelectual. Por ello, quien comete un atentado, o mejor dicho, quien ordena su ejecución, entiende que dicha acción está justificada, que debe realizarse.
Para los no violentos aceptar esta premisa no es fácil. Pero es así como hay que afrontar toda clase de terrorismo, pese a que nos duela. No estamos ante actuaciones individuales nacidas de enfermedades psicológicas más o menos transitorias. Lo que tenemos enfrente son ejércitos organizados que utilizan el terrorismo como arma disuasoria para conseguir fines concretos y específicos.
La guerra tal como la entendemos finalizó con el siglo XX. Es más barato, eficaz e impactante y con un coste inferior tanto material como de pérdidas humanas para quien lo ejecuta, realizar un acto terrorista.
Mantener varias células dormidas en el país que se intenta desestabilizar -dentro de la mezcla racial que hoy compone la sociedad- es muy fácil. Lógicamente, no cabe esgrimir motivos xenófobos para buscar la solución al problema. Eso es muy simple y además erróneo.
La fuerza de las organizaciones terroristas está en la voluntad de sus integrantes para cometer actos delictivos, no en el color de su piel ni en su credo. La única salida posible a los extremismos está en la cooperación internacional y en el desarrollo de los servicios de inteligencia. El G8, reunido mientras se producía el atentado de Londres, ha de meditar sobre ello.