Asesinato con testigo (una huelvería). (2014)
La amarga sonrisa de un niño, asombrado
ante lo que no entiende: brujas y angelitos
revueltos en el vozarrón de un padre, que empuja
y juega, y empuja a su madre, jugando.
Griterío sólo por él oído, en aquel merendero,
aquél donde el padre quiso ir, al campo;
aquél donde sin nadie saberlo, su madre
quedó tendida, aquietada y muerta.
Aquél donde el padre arrancó el coche y voló
como un Batman ciego, que olvidó salvar al niño,
solo, y rescatarlo de los malos que habitan
en la cerrazón de la noche oscura.
Con una madre quieta, que dejó de hablar, pero,
que para consolarle, aún quieta, dormida,
muy dormida, mantuvo los ojos abiertos
como luceros, reflejando la luna llena.
Paco Huelva
Septiembre de 2014