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Ale Huelva

Parece necesario, aunque solo fuere por cortesía, que alguien presente a un nuevo columnista que ha aparecido en onubenses.org. El tal columnista se da en llamar Ale Huelva, y nadie mejor que otro Huelva para darle la bienvenida a este foro de diálogo, de expansión y de libertad que supone la página en la que muchos encontramos la vía de escape necesaria para compartir ideas, rechazarlas, discutirlas o, en última instancia, ignorarlas.
Se ha estrenado con un artículo bastante interesante sobre la polémica generada en la prensa y los medios audiovisuales de Huelva, relacionada con un documento elaborado en Almonte sobre "la recuperación de la memoria histórica". A mí, personalmente, este título elegido no sé por quién o quiénes, de "la recuperación de la memoria histórica" no me gusta nada. Y no me gusta nada, aunque esté de acuerdo con sus fines, porque creo que incurre en una antítesis que de por sí invalida la interesante propuesta que persigue y que está consiguiendo desvelar, poco a poco, en infinidad de lugares de España, reminiscencias de otro tiempo que no fueron registradas por los historiadores de la época por motivos puramente revanchistas e ideológicos. La antítesis está en que si hay memoria hay historia, independientemente de que ésta haya sido desvelada o no, tanto por los que vivieron los acontecimientos como por los historiadores encargados de glosarla. Por otro lado, habría que destacar, ¿qué tiene de cierto la historia? ¿Es que la historia es un fiel reflejo de lo que ocurrió? ¿Es que los historiadores no están sesgados, pese a lo que digan, por sus propias ideologías, por sus sentimientos, por sus estados de ánimo, por su situación económica y social, etcétera? Bueno..., sin entrar de lleno en este asunto, que puede ser objeto de otra discusión y no quiero que los historiadores se me echen encima, porque sólo hablo del título escogido y no de la finalidad, que me parece loable, sea bienvenida esta tarea que muchos hombres y mujeres -descendientes o no, de personas que padecieron la ausencia definitiva de familiares que salieron un día de su casa y no regresaron porque fueron masacrados en barranqueras o utilizados de mala manera en trabajos forzados por un régimen que usurpó el poder legítimo con la fuerza de las armas-, se han propuesto desvelar en beneficio de la transparencia, iluminando zonas de negra sombra que harán posible establecer algo más la verdad de una de las épocas negras de España: la guerra civil del 36.
De paso, decir que el citado Ale Huelva manifiesta, allá donde se le pregunta -entre otras cosas porque así lo reconoce su cédula de identificación- que es hijo mío. Y, la verdad, aunque no he llegado al extremo de realizarme un análisis genético porque tampoco modificaría nada mi opinión al respecto, tiene gestos, formas y defectos que me hacen pensar que pudiera ser cierto lo que dice. Así que, por qué discutir ahora lo que legalmente -incluso lo que mi propio razonamiento me dicta- parece evidente.
En fin, nos tendremos que soportar no sólo ya físicamente, sino también en la Red. Para que luego digan que ser padre -o hijo, dirá él para contradecirme, claro- no es un asunto tela de sufrido.
Saludos y que te vaya bien, Ale. Vas por buen camino.
ale huelva
ale huelva dice:
28/03/2006 11:45

Quisiera agradecer a Don Paco Huelva la presentación y aceptación, supongo que también como hijo, pues no es de mi agrado el que me saquen sangre. Aunque si quisiera plantearle una cuestión: ¿Si verdaderamente cree que existo señor Huelva o sólo soy un producto de su imaginación? ¿Si soy una creación carnal o intelectual? No quisiera desalentarle, sobretodo tras su aceptación de paternidad. Pero puede que su feraz mundo de ideas le haya jugado una mala pasada, que sólo sea la creación de su mente, la consecución de no se qué deseo o estímulo. No se engañe, el simple hecho de esta respuesta pudiera ser una nueva autoembaucación de su mente, señor mío. O tal vez, la aceptación de mi papel como personaje de ficción en su vida, en su vida interior, en su mundo onírico. Puede que no haya existido, ni exista nunca fuera de su ser. ¡Plantéeselo! No se trata de un acto de rebeldía hacia mi creador, nada más lejos de mi intención. Perdón, de la suya. Cuando antes mejor, cuando antes tome conciencia de lo que soy, no más un resorte de su inspiración, a pesar de que se empeñe en observar gestos, formas y defectos, mejor. Entonces podré confesarle que incluso, estos renglones que lee no los escribo yo, sino usted a través de mí. Así es. No soy más que un archivo, un pliegue de su imaginación auto programado como tal. Por cierto, bastante me costó asimilarlo. Ahora le toca a usted, asuma mi naturaleza incorpórea y habré cumplido con el cometido para el que me creó. Y así, en paz -si es que acaso los personajes de ficción podemos tener, por cuenta propia, eso que llaman paz-, podré diluirme entre la vigilia y el sueño y seré libre. Volveré a mi inconciencia prenatal y me nutriré del delicado elixir de la flor de la inspiración. Seré libre y pleno, pleno y libre por siempre.

PacoHuelvaCala
PacoHuelvaCala dice:
28/03/2006 12:56

He de reconocer que los personajes que he creado me han salido, muchos de ellos, ciertamente díscolos. Que la ficción en mis escritos se confunde con la realidad que vivo, siento o sueño es una circunstancia de la que no deseo prescindir, por que..., la vida no es plana, nadie es como aparenta, y cualquier persona va a compañada irremediablemente de sus personajes, los cuáles identifican al tal individuo mucho mejor que su propia persona. Así que puestos a elegir entre las personas y los personajes me quedo con los últimos; son mucho más interesantes y describen mejor en esencia a aquello que representan. Debo manifestar que la persona de Ale Huelva, a la que conozco muy poco (nunca conocemos a nadie, sólo conocemos algunas aristas de nuestras poliédricas vidas)se me confunde con el personaje de Ale Huelva que imagino, a fuer de escudriñar, pensar e imaginar su vida, su verdadera vida, la que no veo, la que no percibo, la que nunca conoceré. Con lo cual, bien está lo que afirmas, porque así es ciertamente.
He dicho alguna vez, y tú lo habrás leído, que para mí es más importante lo que siento, lo que imagino, lo que sueño -y que todo ello está más cerca de lo que soy-, que lo que los ojos se empeñan en mostrarme. Esa "realidad", que para muchos es la única verdad, en mi caso, una vez tamizada por lo que soy, se convierte en otra cosa. Y esa tal cosa, es la única que me interesa. Mi camino está en la introspección no en la deducción. El razonamiento se asienta las más de las veces en estructuras arquetípicas propias de una sociedad o un medio. Por eso, como dijo Larra en un artículo denominado "Los calaveras": "se llaman locos sólo a aquellos cuya locura no está en armonía con la de los demás". Por tanto, entre la realidad de los demás y la mía, me quedo con la mía, a fuer de saber que es la única que importa y que el mundo se acabaré cuando yo deje de existir.
Sé que confundo muchas cosas, que apenas sé nada, que cuando muera sólo seré un recuerdo para algunas pocas personas (y por poco tiempo, afortunadamente, porque menudo coñazo, para los que me recuerden, claro está), pero aún sin saber lo que busco, al menos busco y no dejaré de hacerlo. Pero para rematar afirmo contigo, que lo que más me interesa de tí no es tu persona sino los personajes que llevas dentro. Eso es lo que puede identificarte y lo que únicamente deseo conocer de tí.
Un abrazo, Ale.