Un poeta me trae a otro poeta en el Día Mundial de la Poesía (2015)
La soledad está sola.
Y sólo el solo la encuentra
que encuentra la sola ola
al mar solo que se adentra.
(Ríos que se van). JRJ
Para desgracia de los poetas la poesía ha perdido el valor preponderante en la ordenación de la conciencia individual y colectiva que debiera tener, arrumbada por otras expresiones en el decir, que, convengamos, no son mejores ni peores (por no hacer de este diserto un motivo de discusión de parca y huera dialéctica) sino diferentes.
La lucha del poeta por subsistir en el marasmo literario es una constante que se mantiene con persistentes "subibajas" desde que se inventaron los ideogramas y posteriormente los alfabetos, como vehículos imprescindibles para la transmisión de ideas, hechos o sentimientos.
Sin embargo, la poesía, esencia que es de lo literario, nunca dejará de epatar a elevadas "almas" que encuentran en el ejercicio de la misma un Centro ineludible -que de verdad existe- para expresar ciertos estados de entendimiento que explican con palabra mínima y excelsa el pretérito, el presente y el devenir, de una otra forma: desde luego, la más concisa; y precisa, me atrevería a decir.
Desde hace tiempo mi entrañable amigo el poeta José Baena Rojas, me envía por correo electrónico, todos los sábados, un poema. Un regalo impagable con el que comienzo las mañanas de un día por lo general de asueto e introspección.
Hoy, iniciada la primavera y Día Mundial de la Poesía, me ha sorprendido con un poema del poeta Juan Delgado López, al que tanto quise mientras vivió y cuyas conversaciones tanto añoro.
En homenaje a su persona tan presente estando ausente, os dejo dicho soneto teniendo en la mente mientras escribo a Juan Delgado y Pepe Baena:
Tengo la sangre en pie: es primavera.
Se me ha metido amor por la ventana
como un pájaro loco que desgrana
el encendido grito de mi espera.
Tengo la sangre en pie a la manera
de un volteo acuciante de campana...
-Como un rizo de alondras, la mañana
se ha quemado las alas en mi hoguera-.
Tengo la sangre en pie, y está vibrando
el bordón de los pulsos al pensarte
prisionera de abril y de su hechizo.
Tengo la sangre en pie. ¡Me está matando
la lepra del deseo de besarte
con un beso constante y primerizo!
Juan Delgado López
Paco Huelva
21 de marzo de 2015-03-21
Día Mundial de la Poesía