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Prohibido entrar sin pantalones, de Juan Bonilla (2014)


"Maiakovski tenía dieciocho años, dieciséis dientes podridos, dos hermanas y un solo lector." Así comienza la nueva novela del escritor jerezano Juan Bonilla Prohibido entrar sin pantalones (Seix Barral).


Bonilla es un narrador consagrado por una serie de relatos y novelas que han merecido el reconocimiento de la crítica (el Vargas Llosa, el Biblioteca Breve o el Prix Littéraire des Jeunes Européens) y que tiene mucho que decir en el panorama nacional de las letras.


Con Prohibido entrar sin pantalones Juan Bonilla se adentra en la vida de un excéntrico, de un arrogante, de un narcisista, porque no de otra manera puede calificarse a Vladimir Maiakovski, quien consiguió en los comienzos de la revolución bolchevique estar a la vanguardia de la poesía y la dramaturgia del nuevo régimen, hasta que cayó en desgracia como tantos otros después de haber sido reconocido como uno de los grandes bardos nacionales.


Prohibido entrar sin pantalones es una novela sobre literatos y literaturas, pero, a su vez, es una novela en donde hay muchas novelas: un texto en donde el ser humano pierde la dignidad hasta llegar a la cosicidad -hecho frecuente en cualquier dictadura (diestra o siniestra)-, el sueño de un ególatra que vivió uno de los triángulos amorosos más peculiares de la literatura (el que mantuvo con Osip y Lily Brik), un repaso a las técnicas utilizadas por el poder para modificar el pensamiento de la ciudadanía creando nuevos principios rectores que son impuestos a la fuerza y borrando la huella del pasado, la subida vertiginosa desde la nada hasta la cumbre literaria de la República de un poeta que, cuando dejó de ser útil, fue "echado a los leones" y vilipendiado para, posteriormente, cuando se suicidó a los treinta y cinco años, convertirlo en un icono nacional tal como ha llegado a nuestros días.


(Una cuestión más, ni el lector ni el autor ni la editorial, se merecen la errata existente en el segundo párrafo de la página 250, las galeradas están para leerlas).


Paco Huelva


Febrero de 2014