Influencias de la literatura árabe en la literatura europea (2016)
La cultura árabe se introdujo en Europa en los siglos VII y VIII a la misma vez que la expansión islámica.
Hubo una segunda fase que transcurre en sentido contrario y es cuando las corrientes literarias europeas redescubren el mundo Oriental.
Autores como Edward Said o Juan Goitisolo han explicado este proceso: el cómo los autores europeos del XIX y del XX se interesaron por un Oriente que les resultaba enigmático y misterioso. De aquí nace una literatura estereotipada, fantástica, nada ajustada a la realidad, en un Oriente dominado por el colonialismo europeo, que incluía, curiosamente, no solo al próximo Oriente árabe, sino también al turco, el persa, el norte de África, incluso España (sobre todo Andalucía, y dentro de ella Granada, Córdoba y Sevilla especialmente).
La literatura árabe entra en Occidente por diferentes vías.
El primero y principal es al-Andalus, a través de sus cambiantes fronteras a lo largo de la Edad media.
También a través de la frontera turca con Grecia y el este de Europa, en lo que denominan los historiadores como la vía siciliana.
Por último habría que citar a los viajeros catalanes, genoveses o venecianos (Shakespeare sitúa a Otelo en la ciudad de Venecia), aparte de los cruzados que, durante su estancia en Oriente, oyen y aprenden historias y poemas de la literatura árabe, aunque sea oral, que luego utilizan a su regreso; los cautivos de galeras turcas, los prisioneros del Norte de África -como Cervantes-; los misioneros de Oriente y, también habría que citar a los moriscos y judíos antes y después de su expulsión de la Península Ibérica.
Los moriscos a través de la literatura aljamiada (o sea escrita en la lengua de los cristianos peninsulares, pero transcrita con caracteres árabes, de acuerdo con la definición que el DRAE da de esa palabra) y también de la transmisión oral; y de los judíos a través de su labor como traductores del árabe al latín o al hebreo, y que luego, tras su expulsión, llevaron por el mundo entero el legado cultural de la civilización de al-Andalus o Sefarad.
Otra de las cuestiones que llama la atención en la literatura árabe clásica es la alternancia entre prosa y verso en sus escritos.
Hay estudiosos que ven influencias del "Collar de las palomas" del cordobés Ibn Hazm, en "El libro del buen amor" del Arcipreste de Hita, en "La Celestina", atribuida, con sus dudas, a Fernando de Rojas, en "El burlador de Sevilla" de Tirso de Molina, e incluso en "El Don Juan" de Zorrilla.
Entre las colecciones de cuentos españoles donde abundan signos de los cuentos árabes habría que destacar a "El conde Lucanor" de Don Juan Manuel (S. XIV), "El libro de los chistes" de Luis de Pinedo (S. XVI), "Floresta española" de Melchor de Santa Cruz (S: XVIII) o "Sobremesa y alivio de caminantes" de Juan de Timoneda.
Uno de los libros más influyentes en Occidente es sin duda "Las mil y una noches", dejando a un lado "El Corán" que, como todos sabemos, es el libro más conocido con diferencia.
Del primero, de "Las mil y una noches" (de influencia india, persa y árabe), los estudiosos ven influencias en los cuentos de los Hermanos Grimm, en "El mercader de Venecia" de Shakespeare o en "El Decamerón" de Bocaccio.
Pero su influencia también llegó a Lope de Vega (en su comedia "El durmiente despierto"), a Cervantes (en el episodio de "Clavileño" de "El Quijote"), a Víctor Hugo, a Chauteaubriand, Flaubert, Espronceda, Zorrilla, Bécquer o Rosalía de Castro.
A comienzos del siglo XIX, con los viajeros románticos Europa redescubre Oriente, que se convierte en fuente de inspiración para poetas, novelistas y autores de teatro.
Hay quienes ven también influencias de la literatura árabe en la "Divina Comedia" de Dante (el arabista español de Zaragoza, Asín Palacios, escribió un libro denominado "La Escatología musulmana en la Divina Comedia" en 1919).
La huella del Islam y del sufismo también aparece en la poética mística de San Juan de la Cruz y de Santa Teresa de Jesús, en Santo Tomás de Aquino y en Raimundo Lulio, o Llul, como deseen.
Posteriormente los modernistas, para los que el Oriente es tanto el mundo árabe como el persa, el turco, el norte de África e incluso Andalucía como ya se ha dicho, se refleja en poetas como Villaespesa y otros.
Caso especial es el de Juan Goytisolo, uno de nuestros grandes escritores, profundo conocedor del mundo islámico, que escribe una serie de ensayos que reúne en su libro "Crónicas Sarracenas", además de una serie de libros con una total influencia árabe como son "Reivindicación del conde Don Julián" (que se desarrolla en Tánger), "Makbara" (que se desarrolla en París y Marrakech) y "Las virtudes del pájaro solitario", entre otras.
Para no hablar más de este tema, que daría para mucho, y para poder escuchar a los escritores que hoy nos acompañan, que es lo que interesa, un párrafo más tan solo para recordar que Cervantes (ahora que estamos en el cuarto centenario de la muerte del mismo, también de la de Shakespeare), Cervantes, decía, atribuyó la escritura de El Quijote, en un ditirámbico juego, a Cidi Hamete Benengeli, historiador arábigo que había escrito un manuscrito del cual, él, Cervantes, era solo el traductor, además de permitirse hacer comentarios sobre la obra.
En fin, Cervantes, un genio.
Fuentes:
"Huellas de la literatura árabe clásica en las literaturas europeas. Vías de transmisión", de Celia del Moral Molina.
"Influencias árabes en las ciencias y literaturas europeas", de José María Alegre Peyrón.
"Literatura árabe", de Juan Vernet.