Divinas Palabras
Hace muchos años, en 1976, presencié en el auditórium de Palma de Mallorca un pase de "Divinas Palabras" de Valle-Inclán. El personaje de Mari-Gaila fue interpretado por Nuria Espert. Recuerdo el impacto que me produjo la severidad de la obra, así como el desnudo integral protagonizado por la actriz española. Aquello era tan inusual como la libertad de expresión o la existencia de partidos políticos y sindicatos -por poner sólo unos ejemplos-. El domingo pasado, en Madrid, en el Centro Dramático Nacional, he vuelto a ver la obra que quizá sea uno de los retablos más sorprendentes de la dramaturgia española. Como en las obras de Shakespeare, Dostoievski, Gogol o Tolstoi, Valle sabe exteriorizar la crudeza del ser humano. (El azar quiso que Nuria Espert estuviera sentada tras de mí. Su porte de gran dama me subyugó aún más que cuando -a los dieciséis años- me enamoré de la blancura de su desnudo cuerpo.)
Querido amigo, encantador y elegante (como siempre)en tus palabras.A veces dudo si verdaderamente ha ocurrido. Me gustan tus relatos, están cargados de sensibilidad, pasión,fuerza que irradias todos los días a las personas que tenemos la suerte de tenerte en nuestras vidas.Amigo es un placer,trabejar, leerte y sentirte bien, pues así lo hago.Animo no dudes, lo haces de forma impecable. Te quiero mucho