Cines
Esta semana he visto en París -entre una nube de alucinaciones, como la que despierta cualquier espacio nuevo- varias películas filmadas entre los años 20 y 30 del siglo pasado. De ellas, destacaría una: "El retorno de la razón", del dadaísta Man Ray, producida en 1923. Y... desde París -en donde escribo esta nota para un periódico de Huelva- y con esta distancia de por medio, me pregunto: ¿qué pasa en nuestra ciudad? ¿Por qué en pocos años se han cerrado cuatro salas de proyección cinematográfica? ¿Se puede defender un proyecto político-cultural en una ciudad que permite semejante atrocidad? ¿Qué atracción ofrece a los cinéfilos una ciudad como la nuestra? Suelo leer las magníficas crónicas de Vicente Quiroga; pero, por desgracia, las películas que se ve obligado a criticar no me interesan, o, en su caso, apenas interesan. El Festival de Cine Iberoamericano está aquí, de nuevo: cargado de ilusionantes proyectos que merecen ser visionados. Lo haremos en el Gran Teatro, la Casa Colón -supongo- y en el único cine que nos queda. De pena.