RADIANTE
Brilla esplendorosa
engarzadas sus piezas
como las cuentas de un rosario,
como eslabones de pulsera
o peldaños de escala;
blanca, tal que labor de protésico
dental aséptico
o pantalla de monitor con
editor de textos virgen,
pero más reluciente aún.
Rutilan sus espuelas,
... imanes de las miradas
... que escudriñan al trasluz,
semejando arañas de salón o desván.
Centellea en el entorno negro
como alzacuello en sotana
o merengada en café.
Toda su reluz,
todo su esplendor,
todo su fulgor,
su resplandor,
señales son de
su degeneración:
el espinazo mío, que me soporta
con sus lumbares
sacralizadas -vírgenes y mártires-,
es un degenerado artrósico
y la radiografía lo proclama
a imagen radiante
plena de osteofitos.
¡Por fin soy capaz
de ser un degenerado en algo!
Yo, tan modoso...
.
Mi columna ama a la suya.