PARTO CON DOLOR (diciembre, 1997)
Has dejado la amniótica protección de la ducha
calentita
y te arrojas al mundo como
a un pozo de cocodrilos
sin el cachete vivificador en el culo.
Va a ser dura la batalla
que tejes y destejes a diario
sin la esperanza del regreso de un amado.
No hay epidural para ti,
tu anestesia es resignarte
y no sabrás si has parido hasta ver los bricks
reveladores de la hipocresía.
Llevas unas cuantas panaceas
en tu portfolio
que no soñaron Hipócrates ni Galeno
mas no curan el asco ni el hastío
que cada amanecida te ahogan
al calzarte de kilómetros.
Con máscara, coturno, maletín,
pamemas y zalemas,
aire convencido,
corbata poca y
mucho oficio
te alumbras, comadrón de tí mismo,
cuando en la radio empiezan las tertulias:
¡soy mi propio padre, soy mi propia madre!
¡Oh, Zeus!