Tiempo de tu presencia
En la deshora en que ya se durmieron mis rodeos,
Soy roca salvaje rajada por el brote de los líquenes,
Queriendo extender mis rizos hasta el umbral de tu boca.
Pero con el tiempo se aprende
Que los besos no se roban.
En la boca calle de un mañana incierto para hacer planes,
Seré reloj de arena de todos los caminos en hoy
Con el único afán de volver a encontrarte.
Pero con el tiempo se aprende
Que cuidar un jardín
No significa que te regale flores.
En el espacio que ocupa este vasto cielo de mi ventana,
Soy luna plata alimentada por las voces de los poetas
Donde cada verso puede ser de ti una esperanza o un lamento.
Y es que con el tiempo se aprende,
Pero solo con el tiempo...
Que puedes olvidarme o quererme
Y puedo quererte u olvidarte
O quizás viceversa.
(Me inspiré leyendo a José Luis Borges)
Preciso Victoria, aunque creo que ni con el tiempo llegamos a aprender, tal vez porque no podemos, tal vez porque no sabemos, tal vez porque no queremos, esas cosas que dices.
Un beso
Ps. Creo que a Borges le hubiera gustado.