Monotonía sin ganas
Quizás haya sido la sensación de algarabía al detonar este maldito despertador, lo que me ha forzado amanecer con el pie izquierdo. Más, como tengo por costumbre decirle a mi cara que hoy será un buen día, pues, de momento, haré caso omiso a este ritual supersticioso y estúpido e, impensadamente, me arrastraré perezosa y distraída hasta estrellarme con mi frigorífico de perennes frigorías; es la primera emoción del día. -A ver que tenemos hoy para desayunar...- Pero pronto pienso no molestarme siquiera por responderme -Ay, insensata, hay lo de costumbre, apresurados sorbos hirviendo de café con leche, frente a las mismas noticias mohosas, corruptas y manipuladas de siempre.
¿Es qué ya las fábricas de ensueños no cocinan nuevas ilusiones para mis días?
El armario tampoco me deslumbra hoy con grandes sorpresas, este espacio atestado de ropas inútiles donde busco algo distinto, donde guardo morrallas casi nuevas, por si algún día para nada me sirvieran. Sí hoy, al menos, pudiera actuar diferente, tiraría todas mis galas por la ventana, pero como no es norma protocolaria, pues volveré a ponerme lo mismo; es decir, lo de siempre.
¿Es qué ya no tengo quién me teja argumentos que espanten de mi cuerpo la monotonía de los días?
Después, frente al espejo observo que mi rostro no es el reflejo de mi alma, el espejo es el reflejo de mi rostro, el de todas las mañanas en que me asolan las mismas desganas. Será posible que sea siempre yo la que está detrás de este hielo cuando no me pierdo de vista. Por qué compraría estos cristales antivaho y antirotura cuando además me engordan.
¿Será qué tus ojos cristalinos ya no me miran y por eso son iguales todos los días?
Absurdas pasarán hoy las horas si lo que me espera puedo adivinarlo y holgazana sí me dejara conducir por el hastío. Monotonía sí me paso el día midiendo el tiempo vacío, el agua salada que enfría mis ansias, mi valle de lágrimas, el poema con los rasgos de mi cara. Me ahogaré en lo cotidiano, si dejo que muevas mis hilos y me saques la sonrisa que hoy no tengo, si pienso en lo que podía haber sido, si me llamas para eso mismo de siempre, para nada.
¿Cuándo será ya mañana?
Uff Victoria, qué hacer con estos días, sino desear que llegue mañana.
Me dejé llevar por todo lo que contabas desde el principio y más de una vez me he sentido así. Me gustó verlo escrito de esta manera.
Un beso.