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Problemas de higiene en la Plaza de Cataluña, en Barcelona


httpv://www.youtube.com/watch?v=d0QCo6C9hfM


Vaya... Ayer escribía sobre la detención y paliza que recibía el profesor universitario David Benavides y me preguntaba si esto significaba que volvíamos a los viejos tiempos, pero lo hacía pensando que había sido un hecho aislado, y resulta que mientras tanto en la plaza de Cataluña, en Barcelona, los mozos de escuadra y la guardia urbana (aunque yo sólo veo en este video mozos de escuadra), cargaban brutalmente contra los jóvenes acampados con motivo del movimiento Democracia Real Ya.
Me llama la atención la chica de la cámara que tras ser golpeada repetidamente por el policía, mozo de escuadra, le pide airadamente la identificación. Aclaro que el adverbio "airadamente" no tiene ninguna connotación negativa. ¿A una persona que te golpea con esa violencia no estaríamos en nuestro derecho de responderle? ¿Seríamos considerados "violentos" o "terroristas" si lo hacemos? Supongo que sí.

Me llama la atención que no se han perdido las buenas maneras. Vean en el video cómo los mozos de escuadra enviados directamente por el consejero de interior de la Generalitat saben bien dónde hay que pegar para hacer más daño y para dejar menos señales: en la zona de los riñones y en los muslos. Se ve que están bien entrenados. Alguno falla, claro, y se ve sangre. Seguramente se la habrán hecho los propios "indignados" para acusar a las fuerzas de orden público. El resultado es estremecedor: más de cien heridos. En una democracia perfecta un ataque policial contra unos manifestantes pacíficos produce ciento veintiún heridos. Pero las razones son de peso. Había que limpiar la zona que estaba empezando a no cumplir las condiciones higiénicas. Ah, y además había que desalojar para permitir la presumible celebración esta noche de la victoria del F. C. Barcelona esta noche. No son tan necios los señores de CIU. Han esperado a que pasaran las elecciones. Han ganado en Barcelona y ahora ya pueden hacer lo que quieran, lo que siempre han deseado: demostrar quien manda aquí. De aquí a las próximas elecciones lo olvidarán. Eso deben pensar.

Me gustaría que estos mozos de escuadra que han golpeado con tanta saña a estos ciudadanos pacíficos, hombres y mujeres, que reclamaban Democracia Real Ya, tuvieran problemas para conciliar el sueño durante mucho tiempo. Bueno, algo es cierto: nos han enseñado la verdadera cara del sistema. Los señores del PP en Madrid piden la misma acción en Madrid. Supongo que la misma acción incluye la misma contundencia. Recuerdo hace treinta años en Sevilla una carga parecida contra universitarios. Recuerdo que les grité a un grupo de policías: "¡Asesinos!" Uno de ellos debió sentirse especialmente indignado y salió corriendo detrás mía con la porra (también sabía que tenía que golpear en los muslos), supongo que para demostrarme que estaba equivocado en mi apreciación. Recuerdo que otro policía lo frenó. Me quedé con la sensación de que había dos tipos de policías: los que golpean y los que no. Y ese otro policía, el que lo frenó, sí fue capaz de hacerme creer que algo estaba cambiando para bien. Uno de mis tíos canarios me acompañaba y estaba indignado. Me dijo que nunca antes había sentido tanto miedo: miedo al dolor físico. Esta señora que aparece en el video de la Plaza de Cataluña con la cámara debía ser de las que creían lo que nos dicen las películas: que podemos pedir a un policía en acto de servicio la identificación. El policía, tras seguir golpeándola, hace ademán de esconderse de las cámaras, pero se ve que se lo piensa y vuelve a golpear a otro manifestante que estaba en el suelo. ¡Ciento veintiún heridos! Artur Mas no parece especialmente preocupado por esto. Ya han pasado las elecciones. Esta es la Derecha Europea. Tienen razón: en Francia, Inglaterra y Alemania son aun más duros. Los voceros de los medios de comunicación oficiales de la derecha dicen que en España nos hemos creído que las cosas son diferentes, que como venimos de una dictadura estamos acomplejados y pensamos que estas cosas no pasan. ¿Por qué no? La Plaza de Cataluña estaba empezando a tener problemas de higiene. Había que actuar.