Primera cita
Un día, alguien me preguntó qué deseaba hacer con mi vida. Me quedé pensando y no pude responder. La otra persona esperó unos minutos y siguió hablando de otros temas. Hay quien no soporta el silencio en una primera cita. No recuerdo nada más de lo que dijo. Estábamos tomando algo después de una tarde intensa de sexo, que sería el preludio de un fin de semana que estuvo bien, aunque no me quedé para ver el color que iban tomando las marcas en su piel. Tendría que haber dicho algo así como: repetir esto que hemos hecho más veces. Lo cierto es que ninguno de los dos nos lo hubiésemos creído, pero habría quedado bien. ¿Es importante quedar bien? En algunas ocasiones, sí. Yo soy experto en no quedar bien. Casi siempre tengo una opinión diferente sobre las cosas que algunos creen importantes. No sé por qué me costó tanto dirimir qué quería hacer con mi vida, si lo sé. Sólo deseo estar contigo. ¿Y si no es posible? Entonces, no deseo nada. Si no es contigo, no quiero probar más nada. Seguiré como hasta hoy: llevando una sonrisa a cuestas mientras pueda soportarlo. Y viviendo la vida de los otros.
Rafa, estás muy perdido. Dame tu dirección postal para enviarte mi último diario. Un abrazo grande. José Luna Borge