Jornada de reflexión. Coherencia
Me hace gracia la idea esta de la "jornada de reflexión". Se supone que es el día en el que, después de recibir toda la información que nos han dado, uno se detiene y reflexiona para decidir su voto sin recibir más informaciones. Algunos las llamarían "presiones". ¿Se tiene que suponer entonces que durante toda la campaña nos han estado presionando? Bueno, lo cierto es que es mentira. Este día, si alguien no tiene decidido su voto de antemano, lee periódicos, ve reportajes o escucha programas de radio sobre el tema. Aunque no te digan directamente "vota a tal o a cual", uno sabe que siempre se lo están diciendo. No sé a quién se le ocurrió esto de la "jornada de reflexión". Algo bueno sí tiene: los partidos dejan de derrochar millones de euros en sus costosísimas campañas. Esta es otra de las cosas que indignan a los españoles.
El final de campaña ha sido muy atípico. La irrupción del movimiento Democracia Real Ya ha supuesto una inyección de moral, un viento fresco que nos ha acariciado como hacía tiempo que no sentíamos en Occidente. Todavía hay preguntas sin responder:
¿Por qué han dejado esta vez que prendiera la mecha?
No me refiero a que hayan permitido que siguieran acampados, eso a estas alturas era imposible de evitar. Pero los partidos y los medios de comunicación, ambos que son sólo dos lados del sistema triangular en que vivimos, (el otro, el principal, sería la banca), alentaron el movimiento dándoles publicidad cuando aún era incipiente. Supongo que todos pensaron que podrían sacar provecho de esos manifestantes acampados en la Puerta del Sol, en Madrid. Cuando se han dado cuenta de que no iba a ser así ya era demasiado tarde para ponerle freno. Ahora pensarán eso de "virgencita, que me quede como estoy" y a ver si se olvidan. He estado con los acampados en Sevilla y espero que no sea flor de un día. Me llaman la atención muchísimo las respuestas que he oído y leído. Las de la derecha, simplemente, no me interesan. Me aburre escucharles siempre lo mismo. Intuyo que temen que algo falle en sus cálculos iniciales: "voto de castigo al PSOE, que es a quien le ha tocado dar la cara y quemarse en esta ocasión, y yo me quedo con todo el pastel". Ahora temen que el pastel se reparta por otros sitios. Los acusan (nos acusan) de ser antisistema. ¿Y qué? Cuando el máximo representante del FMI dijo hace unas semanas que había que seguir con las "reformas", aunque eso, lamentablemente, iba a crear (ya está creando) una "generación perdida", sin expectativas ni esperanzas en la vida, ¿pensaban de verdad que la gente iba a aceptar sin más? ¿Pensaban, de verdad, que íbamos a continuar luchando únicamente por salvarnos cada uno de la quema? Yo soy tremendamente escéptico en estas cuestiones. Durante años he visto que todos luchaban únicamente por eso, por salvarse ellos y a los demás... ¡que les den! Tengo un familiar canario, Carmelo Suárez, que me decía que esta crisis a medio o largo plazo iba a desembocar necesariamente en esto. Me gusta comprobar que no se equivocaba. No sé hasta dónde llegaran sus reflexiones pero este es un buen principio. Ahora, a toro pasado, parece que todo el mundo lo sabía. En El Público hay una encuesta elaborada por periodistas afines al PSOE y hecha con artistas e intelectuales, la mayoría, favorecidos por su régimen que dicen que esto iba a pasar y que se alegran. A la mayoría no los creo. Otra cosa es que intenten apuntarse a caballo ganador para no perder ese estatus que han disfrutado durante años. Si hubieran hablado o escrito algo en otros momentos, los habría creído. Ahora no. Hay excepciones, claro. Se me ocurre una así directamente: Nacho Vegas. Quizás alguna más. La coherencia es un valor, ¿no estamos de acuerdo?
No es verdad que las propuestas sean apolíticas. Hace tiempo que no iba a votar. Mañana iré con ilusión renovada.