Democracia Real Ya

Parece que a Victoria Prego le da miedo la calle. No es la única. La derecha se despierta asombrada de que algo en sus cálculos les haya salido mal. En realidad, lo que les molesta es asistir a algo que no tenían previsto. Los cálculos eran claros: las medidas que ellos también habrían tomado, y aun más duras, ante la crisis económica que asola a Occidente tenían que hacer cundir el desánimo entre parte de la población que vota habitualmente socialista y esto les llevaría a no votar y, en algunos casos, a votar al PP como protesta. Todo parecía que iba, quizá que va, a salirles bien. Pero no contaban con algunos detalles: el principal de ellos que la mayoría de esos votantes estaban incluso a la izquierda del PSOE. Hace ya varias legislaturas que ese votante a la izquierda del PSOE no vota o lo hace minoritariamente. Para el PP no es problema porque es un votante que nunca les votaría a ellos. Al contrario, ante motivos graves (guerra de Irak, por ejemplo, o necesidad del llamado "voto útil") parte de ellos votarían al PSOE, luego mejor no despertarlos. ¿Hay alguien que sienta miedo en la Puerta del Sol, en Madrid, por ejemplo? El diario El Mundo se esfuerza en mostrarnos que debería ser así. Nos pone una foto de un manifestante con pelo largo, joven y con parte del rostro tapado por el pañuelo palestino.

Hay un hecho que sí es muy grave: las Juntas Electorales Provinciales han prohibido estas manifestaciones. El motivo es aterrador: considera que "la petición del voto responsable puede afectar a la campaña electoral y a la libertad del derecho de los ciudadanos al ejercicio del voto". ¿Pero con quién se creen que están hablando? ¿No es lícito que cualquier ciudadano, sin usar la violencia ni ningún tipo de chantaje, pida el voto a cualquier partido o incluso la abstención o incluso el voto en blanco? ¿Sólo es lícito que lo pidan para el PSOE o para el PP? ¿No es lícito que se cuestione el sistema económico y electoral tan lamentable e indigno que padecemos?

Hablaba con un amigo esta mañana y pensábamos en el origen de estas concentraciones. ¿A quién podrían beneficiar consciente o inconscientemente? El asunto es complicado. La masa de votantes de la Derecha tiene decidido su voto pase lo que pase. No sé cómo lo han conseguido, pero ni la corrupción ni las constantes contradicciones de sus representantes parecen suponerles ninguna traba. La dispersión del voto de la izquierda les beneficiaría: eso parece cierto. Pero cuántos millones de votantes dejan de hacerlo en cada elección... Esa es la cuestión. Me sorprende que el PSOE crea que puede tener su hueco entre esos manifestantes. Lo cierto es que las declaraciones de Zapatero, Patín y Jiménez, propugnan ese acercamiento a quienes se levantan contra todo lo que ellos mismos representan. Imagino que sus estrategas de campaña estarán ideando el modo de conseguir ese acercamiento. Y puede que lo consigan, o que se inventen que lo han conseguido. Yo, de momento, siento que algo renace. Esa izquierda que no está aún organizada parece que comienza a tener voz. Ya veremos si, además, tiene voto.