Campaña electoral
Son fechas de campaña electoral. Hace cuatro años viví la Municipales en Aracena, un pueblo en la provincia de Huelva. Ocurrió algo muy curioso:
El párroco de Aracena, un personaje muy peculiar, había recomendado el voto al PSOE porque según él era la mejor opción para los cristianos. Lejos de mi ánimo criticar que lo hiciera, ya que la mayoría de sus superiores, los obispos, habían señalado directamente a la derecha. En esto al menos suponía un avance. Lo que no dejó de sorprenderme fue que se refiriera al candidato del PP públicamente, en privado allá cada cual con su conciencia, como "el gordo ese al que nadie conoce". Me decían que era lo normal, que en Aracena siempre había sido así. El desenlace de la historia tampoco tenía desperdicio. El candidato del PP escribió una carta al obispado de Huelva pidiéndole amparo y recordándole al párroco de Aracena que no tenía nada que temer de él ni de su partido, que el dinero que el Ayuntamiento del PSOE estaba invirtiendo en las obras de la parroquia incluso aumentaría si él llegara a la alcaldía. Sin comentarios.
Yo he vivido activamente unas elecciones, esta vez en Arcos de la Frontera, en Cádiz, también municipales. Ayudé a la planificación de la campaña y en labores más de campo tipo buzoneo. Puedo decir sin temor ninguno a equivocarme que era la única de las cuatro formaciones que ofrecía soluciones a los problemas de la ciudad. Las inauguraciones de la campaña fueron bastante premonitorias de lo que iban a ser los resultados: el PSOE trajo a una selección de las mejores comparsas, cuartetos y chirigotas del último carnaval de Cádiz. Llenó. Varios miles de personas. El PP inauguró con Azúcar Moreno y un grupo de sevillanas que no recuerdo, pero uno de los más conocidos. También llenó. Varios miles de personas. IU inauguró con una alumna mía de COU que cantaba muy bien las saetas y en un acto donde intervinieron Willy Meyer y el entonces alcalde de Trebujena, entonces de IU. Llenó. Unas cien personas. Cuando iba llevando trípticos a los buzones me encontraba con otros alumnos que llevaban un libro que decían que era regalo personal de Juan José Armario, entonces alcalde de Arcos, del PP, que también disponía del semanario Arcos Información, que era contrarrestado por el Sierra de Cádiz, creo que se llamaba así, de tendencia más afín al PSOE. IU tenía entonces un concejal. Las encuestas nos daban entre uno y dos. Los más optimistas hablaban de tres. Al final perdimos el que teníamos. Volvió a ganar el PP.
Tengo una taza con una viñeta de Forges que, además de hacerme reír, me parece que representa lo que algunos pensamos de la mayoría de los políticos en campaña electoral. El marido con el delantal puesto y la sartén en la mano le dice a su señora, que está sentada viendo la tele: "Hoy hago yo de cenar. ¿Dónde está la cocina?" Ahora parece que estos señores se empeñan en hacernos de cenar, pero muy pocos saben siquiera donde está la cocina.