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Esperanzas, por Pedro Gabo

Después de que el anterior artículo se titulara Confianza que éste se titule Esperanzas, tiene su coña, uno se da cuenta..., pero compensa; la respuesta contra la destrucción del Parque de la Esperanza, anima a los que apostamos por la participación ciudadana. La asamblea vecinal fue contundente. Y es de destacar junto con el protagonismo de la ciudadanía de la zona el papel que ha desempeñado la Asociación de Vecinos que les representa. Según entiendo las cosas una sede vecinal debe ser ante todo un espacio reivindicativo y no tener miedo a ser incómoda al poder. A ver cómo evoluciona el asunto.Menos mal que la Federación de Asociaciones de Vecinos ya está escaldada con el papel que desempeñó en su día con la ordenación urbanística de los terrenos del antiguo Estadio, y también estuvo allí. Si en aquellos tiempos gloriosos del Periquismo ascendido a primera división se hubiera escuchado a los vecinos, el ya denominado “caso Isla Chica” no hubiera dado tantos quebraderos de cabeza. Negar la necesidad de espacios públicos en un barrio masificado como éste ha sido siempre un absurdo injustificable. De momento, la situación no se ha desbloqueado, pero recordar que la propuesta inicial era de 900 viviendas y que ahora el debate está en otros términos muy distintos es un motivo de alegría después de tanto tiempo y tanto desgaste en tantos sentidos.
Por otro lado, la foto de la reunión que la Federación ha mantenido con la llamada Plataforma contra el catastrazo también es significativa. No deja de ser curioso que ante el problema de una subida de impuestos desproporcionada vuelva a surgir plataforma. El liderazgo de este tipo de reivindicaciones les correspondería al pomposamente denominado movimiento ciudadano. Así que no sé si es que los modos de participación ciudadana están cambiando y es más fácil que la gente se una ante situaciones concretas o bien que los representantes vecinales viven en una tensión permanente entre la defensa real de los intereses ciudadanos y los dictados del poder (proclive a repartir prebendas).
Un ejemplo claro ha sido el papel que ha desempeñado la Federación en la masiva defensa ciudadana por recuperar para la ciudad la Avenida Francisco Montenegro; dada la división que existe, se han escudado en ésta, sin defender lo que les correspondía: posicionarse por el referéndum. Ánimo para los que están organizando la II Garbanzá en la Punta del Sebo. La reivindicación de la Avenida Francisco Montenegro debe de permanecer viva y deseo que él pueblo de Huelva participe masivamente.
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Así, que una vez más, frente al discurso de la apatía, reflexionar en conjunto sobre lo que se mueve en nuestra ciudad, es motivo, de esperanza. La lucha por los espacios verdes, los espacios públicos, el medioambiente en Huelva viene desde hace ya mucho tiempo y, como se comprueba, ha tenido y mantiene muchos frentes abiertos. Es inevitable nombrar a mi querida Plataforma Parque Moret, que continúa alerta con el retraso en las obras que tanto anuncia el alcalde, o la del Parque Antonio Machado que también sigue combativa.
Hay una Huelva que se mueve más allá de lo instituido. El camino es lento, pero la Esperanza, es lo último que se pierde.

rafa leon
rafa leon dice:
04/10/2005 01:57

Buen artículo. No me refiero a la forma, sobre la cual no soy quién para evaluar, sino al fondo, a la esperanza. Me alegra que haya optimistas que hagan un poco de contrapeso a mi pesimismo creciente. Espero equivocarme y que esas inquietudes y reivindicaciones ciudadanas sean algo más que flor de un día. Pero es que tras algunos años ya estoy bastante escaldado, y ya se sabe que el gato que tal del agua huye. Abrazos.