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Y DEL SEXO, ¿QUÉ OPINAS?

Fue la primera pregunta del coloquio recién abierto, tras la lectura que el afamado escritor hizo en la tertulia. Había leído varios poemas que trataban de sus ideales, sueños, realizaciones, luchas, incluso humor. Había tratado asuntos serios sobre la injusticia del mundo, los abusos de poder, e, incluso con "licencia poética", había leído algún relato corto. Todo bien entonado, bien impostada la voz, con vocalización cuasi perfecta, dada su tierra de origen. Recibió aplausos, solicitó un mojito para aclararse la voz y el presentador invitó al coloquio.

Afiné todos los mecanismos de mi turboturbante, cada vez más precisos gracias a la wifi que se alimenta con leche de camello y no con tantalita ni nada de eso, lo que por estos andurriales en que me encuentro es magnífico, y me dispuse a oír todo cuanto allí se dijera, que la soledad la noto más ahora, redivivo, que cuando estaba congelata en el túmulo y por eso me congratula mucho cotillear en los debates.

- Y del sexo, ¿qué opinas?

Sorbo de mojito, carraspeo:

- ¿En qué sentido me lo planteas?

- Me ha extrañado que un poeta como tú no haya leído nada sobre sexo, algo tan presente en toda conversación, literatura actual, etc ... y, por supuesto, en la misma vida.

- Verás, para mí el sexo es un tema casi tabú. Lo vivo en mi intimidad, faltaría más, pero considero muy, pero que muy peligroso escribir o hablar de él en público de forma explícita. De forma implícita lo he hecho al tratar en mis escritos de algunos efectos del mismo.

Rumor de asombro, interferencia de algún satélite espía por ahí arriba, ruido de copas en la barra (¡esos camareros!) ...

- ¿Peligroso? ¿En una sociedad como la nuestra, democrática, libre, llena de cuernos con sus detectives, despedidas de solteros y solteras, orgías y clubes de alterne por todas partes?

- Sofismas, a poco que lo pienses. Reflexiona sobre las consecuencias del sexo. Pero antes, mira a tu alrededor y cerciórate, para luego confirmármelo, de que todas las personas presentes son de confianza y no de servicios secretos, clero emboscado ni nada parecido.

Todo quisque presente se mira, vuelve la cabeza, cuchichea. Cuesta algún trabajo reconocer a las personas porque la luz es escasa, pero al final todos confirman que no hay peligro, que son los mismos de siempre, con algún invitado conocido desde antiguo. Y animan al prota de la noche, que la curiosidad es extrema.

- Bueno, para empezar, estaréis de acuerdo conmigo en que, históricamente, nos hallamos ante una enorme trampa: con el pretexto de lo pipa que se pasa, vienen los hijos y, con ellos, las preocupaciones, los gastos, los sufrimientos ...

- Pero ¿y lo que se quieren? - dice alguien.

- Cierto, pero ello es parte de la trampa. Y la historia nos demuestra que el mundo ha estado y está lleno de hijos indeseados; no nos miremos el ombligo "occidental", aunque también, ¿o es que los métodos anticonceptivos que hoy se conocen y practican han existido siempre? O, ¿ha sido siempre segura la práctica del aborto? ¿Porqué el poder, sí, el maléfico poder, ha fomentado siempre la natalidad y ha perseguido las prácticas anticonceptivas o abortivas?

Hay una sinfonía de toses, envueltas en nocivas humaredas aromatizadas de cubata, y se oyen unos pitiditos, tal que si alguien estuviese intentando conectarse con mi turboturbante. Trasteo en el display de las conexiones perdidas y veo que es el jefe. Puede esperar. Una joven guapísima entra en los servicios. ¿Meona?.

- ¡Hombre, no será tan mala la cosa cuando durante milenios la humanidad se entrega a él!

- Sí, pero la humanidad no es, precisamente, digna de tildarse de cuerda, ¿no crees? Esa misma humanidad lleva el mismo tiempo entregada a las guerras y al sexo: ¿son buenas las guerras? Recuerda siempre el silogismo de la mosca que, por si alguien no conoce, me permito enunciar: "las moscas comen mierda, tropecientos trillones de moscas no pueden estar equivocadas, luego el mejor alimento es la mierda". Además, piensa que muchas religiones, las más importantes en cuanto a adeptos, han hecho que sus dioses, profetas y demás comparsa nazcan de vírgenes, lo que no deja de ser una contradicción de locos: quieren que haya más gente para que adore a sus dioses y nutra sus arcas y ejércitos y, por otra parte, exaltan la virginidad. Por favor -al presentador-, ¿me pides otro mojito?.

Silencio de palabras, mas no de almendritas y patatas chip. Suena un celular y alguien corre a la acera. Ahora, otro retoma la cantinela de los hijos:

- Pero tener hijos es muy bonito.

- Depende de para quién, porque fíjate la cantidad de capitalistas, banqueros, dictadores, neoliberales, asesinos, estafadores, bronquistas, ladrones, violadores, politicastros, genocidas, traficantes de mujeres, promotores inmobiliarios, vecinos coñazos de comunidades y demás ralea que han llenado, llenan y, sospecho, llenarán la historia de la humanidad. Recuerda que la gente del Club Bilderberg y la Trilateral son hijos, así como Hitler, Stalin, Al Capone, Bush, etc., etc... Los respectivos padres de estas gentes disfrutarían de sus hijos, supongo, pero ¿cuántos millones de criaturas han padecido por su causa? Recuerda que los humanos sensatos han tenido que inventar los códigos penales ... de los que se libran los poderosos, claro, es decir, los peores delincuentes, hijos también.

- Ya, pero también ha habido hijos como Mozart, Shakespeare, Cervantes, Molière , etc...

- Pues sería cuestión de comparar el número de sufrientes y el número de "disfrutantes", pero entiendo que no sería bastante ni definitivo, ya que las bellezas de los artistas, en general, las han disfrutado las elites y burguesías, mientras que los efectos de la maldad los ha sufrido la inmensa mayoría de la humanidad. Analiza tu vida misma, para tus adentros por supuesto, ¿qué te ha dejado más huella? ¿el número de buenos ratos pasados o el de los sufrimientos? Tú sabrás, tras hacerlo, si te ha merecido la pena ser hijo.

Por lo que observo a través del catalejo electrónico del turboturbante, parece que los concurrentes están analizando, para sus adentros por supuesto, sus vidas. Hay un ambiente así como de ejercicios espirituales, mantras y cosas de ésas. También podría pensarse que es una partida de ajedrez colectiva porque todos reflexionan concentrados. Lo cierto es que hasta los camareros están en silencio y se oye la lluvia a través de un ventanuco abierto. El artista liba del mojito. Oigo una voz femenina con deje desmoralizado:

- Pero da tanto gustito...

- ¡Y provoca tantas enfermedades ...!-responde el poeta-. Indaga sobre la prevalencia de las enfermedades o infecciones de transmisión sexual. Te asombrará. Algunas veces me pregunto si comeríamos alimentos que produjesen esa cantidad de enfermedades, por ricos que estén. No sé,... por ejemplo: ¿nos inflaríamos de hornazos, magdalenas, pitisúes, paellas, etc... si supiésemos que, por hacerlo, cada año se iban a producir 340 millones de nuevos casos de sífilis, gonorrea, chlamydia y trichomoniasis debido a su ingesta?.

No, no fue un terremoto lo que detectó el sensor ad hoc del turboturbante: fue la convulsión de la audiencia, ornada con las miradas desconfiadas que se cruzaron todos. Por eso alguien propuso que se dialogase sobre los poemas que había recitado el vate, pero no cuajó. Lo que sí ocurrió es que miraron con asco al que preguntó sobre el sexo, tanto que el pobre se encogió como un pene tímido y se fue con el semicalvo glande gacho. Probablemente no volvería más. El eximio recogió sus papeles, bajó del estrado y pidió otro mojito. No tenía mal gusto.

Yo me quedé reflexionando sobre el sexo seguro y opté por la única práctica posible ya que aquí, en los desiertos, ni siquiera camella tengo a mano.