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¿SOMOS IMBÉCILES?

Con frecuencia capto noticias, comentarios, artículos en los que sus autores reprochan a los políticos y sus cohortes que nos tomen por tontos o imbéciles a los ciudadanos, dictando medidas que van contra nosotros y creyendo que no nos damos cuenta. ¿Qué pensar?

Por mi parte, cada vez estoy más convencido de que los españoles, sí, somos unos imbéciles, con las excepciones que se te ocurran, lectora, lectore, lector. Y digo somos porque, tras 800 años congelado en el parque Moret, ya me considero español, máxime trabajando para el organismo que lo hago, pero algunas veces pienso que cuando era africano, quienes me rodeaban no eran tan imbéciles, quizá porque el capitalismo feroz no se conocía aún.

¿Porqué me atrevo a afirmar que somos imbéciles? Pues porque miro a mi alrededor (no se olviden mis perfectísimas tecnologías para hacerlo) y veo siervos voluntarios con mucha debilidad mental como para aguantar lo que aguantamos sin armar el pifostio que habría que armar. Pifostio pacífico, pero pifostio. Mas seamos didácticos y esgrimamos razones:

En primer lugar habría que repasar el concepto de servidumbre voluntaria, lo que puedes hacer mirando aquí. Yo reproduzco una pregunta básica que se planteó Étienne de La Boétie, padre del concepto:

"Dado que las propias bestias, aun las hechas para el servicio del hombre, no pueden acostumbrarse al control sin protestar, ¿qué maligno designio ha desnaturalizado tanto al hombre que él, la única criatura realmente nacida para ser libre, carece de la memoria de su condición original y del deseo de retornar a ella?".

Y acto seguido, te invito a profundizar en el significado de la palabra imbécil, entrando aquí. De un significado original, según parece, referido al llevar o no llevar bastón, etimológicamente hablando, deriva hacia el significado actual:

"la imbecilidad es una patología que se define clínicamente como una forma de retraso mental a medio camino entre la "debilidad mental" y la idiotez. Las edad mental de las personas que la padecen, oscila entre los dos y los seis años, y su coeficiente intelectual varía entre cincuenta y veinticinco.". Cito a Mariano Arnal

Un tremendo escándalo económico archiconocido ya por todo el mundo, está siendo aprovechado por los poderosos del dinero -relee aquí lo de Quevedo, por comprobar si algo ha variado el asunto- para enriquecerse aún más, mientras que el común de las gentes está empezando a notar "en serio" la crisis, hasta el punto de que se forman enormes colas en los comedores de beneficencia y ante los contenedores de basura.

Por si ello fuera poco, un abuso más se nos vine encima: un sujeto, jefe de una secta religiosa muy rica y numerosa, cuya sede central el fascista Musolini "convirtió" en estado, pero un estado que aún no ha suscrito la declaración universal de los derechos humanos, ha decidido darse un garbeo privado por España, ... pero de gorra y sin que sus seguidores apoquinen lo necesario para el viajecito. No. Nuestras autoridades han decidido hacerle un favor más (¿cuántos van ya?) a costa de la ciudadanía: 50 millones de euros -¿cuánto dan al Inserso para los viajes de otros ancianos?-, que se complementarán con otros 50 millones aportados por tres empresas de las gordas, lo que a ellas les producirá una exención fiscal de mareo. Como vemos, la generosidad es maravillosa ... a costa de los demás. Y habrá gentes que de buena fe consideren que esto es justo, porque no se olvide que, como dice el historiador de la Iglesia, Karlheinz Deschner:

"... los cristianos buenos son los más peligrosos, porque se los confunde con el cristianismo. Y todas las creencias absurdas, siempre, nos hacen un poco estúpidos."

O, como afirma Puente Ojea, la Teoría de la Liberación no se da cuenta del gran favor que le hace al "aparato" vaticano que se aprovecha de ella para recuperar las clientelas del tercer mundo.

Se podrían seguir anotando aquí agresiones de los poderosos y sus secuaces a la ciudadanía española, pero con estos ejemplos creo que basta. Pues bien, ¿de qué se preocupan los españoles?:

hace unos días, todos con la baba caída porque un delicado individuo (ver gestos) publicista de la empresa esclavista Nike, ha ganado no sé qué campeonato de una bobada pelotera ... y a los niños esclavos, a las mujeres esclavas, que les den.

Y ahora, el mundial ése: tíos en calzoncillos trotando detrás de balones y ganando fortunas -ellos y las empresas privadas a las que sirven y las que se aprovechan del espectáculo-, mientras que los mismos que padecen las sacudidas económicas vibran de entusiasmo porque "se juega el honor de España" o chorradas similares.

Por mi parte, querida lectora, queride lectore, querido lector, yo ya sé qué pensar como he dejado claro arriba. Extrae tú tus propias conclusiones de lo que narro o respóndete a la pregunta que formulo: ¿somos imbéciles?.