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"De inquisidores, poetas y genios (2)", por Miramamolín, el Moro

Sigo con las reflexiones, anunciadas hace unos días, acerca de ideas leídas en el atisbo de conato de inicio de minidebate casi producido por una columna en este mismo portal:

"…escritores de la generación del 98 o del 27, por no ir más lejos, y observará como por ejemplo Valle Inclán denunciaba su sociedad (desde el cuento, la metáfora,...desde la literatura, al fin y al cabo)".

Es cierto. Y Dickens y V. Hugo y Puccini y Larra y Zola, y tantos otros que vivieron con el compromiso peligroso para ellos. Muchos sufrieron lo suyo por ese compromiso, pero en este mundo de ahora, consumista y teledirigido por el neoliberalismo y la pseudoizquierda, se puede escribir una letra muy "comprometida", arrearle cuatro guitarrazos y luego invitar a cenar a unos príncipes, como el "republicano" Sabina (ya salió la bisha, vaya), o celebrar la fiesta de "la patrona" de algo con una misa, un almuerzo y un burdel para terminar, como me consta que se hace por determinados grupos profesionales.

[Rindo aquí homenaje a un escritor que sufrió en sus carnes el castigo por su compromiso y tuvo que irse a EEUU a explicar literatura española: José Martín Recuerda, al que conocí personalmente, autor maldito durante el franquismo y considerado por la crítica más seria como el mejor dramaturgo español del siglo XX (Las arrecogías del beaterio de Sta. Mª Egipcíaca, El teatrico de don Ramón, La llanura, Las salvajes en Puente San Gil, El engañao, El payaso, etc…, para escribir y representar algunas de las cuales -que lo hizo con el TEU de su ciudad, Granada- había que tener mucho valor)].

Pero también "describieron" a su sociedad gentes como los Álvarez Quintero, Pemán & Co., si bien desde la óptica de la "grasia". Me pregunto si hay mucha diferencia entre ver "la grasia" y ver la poesía en el mundo de los de abajo, desde posturas hedonistas paralelas.

"…unas mujeres (las prostitutas) a las que respeto profundamente". (Ésta y la próxima entrega de la serie están escritas antes de recibir el comentario - que agradezco - de Manuel Rubiales a la primera, en el que explica perfectamente los matices de su afirmación, que yo comparto. Lo que sigue es una relación de mis dudas, perplejidades y convencimientos ante conceptos ambiguos que, según creo, se emiten sin mucha reflexión y muy influenciados por cierto tipo de pensamiento único. De ahí que los cuelgue en la red, tal como los redacté, por si ayudan a que alguien se plantee las mismas dudas y perplejidades. Mis convencimientos no sé si le servirán a otros).

¿Estamos hablando de respeto a las personas o de respeto a su oficio? Si se trata de lo primero, me parece muy bien que todos los seres humanos nos respetemos unos a otros. Mas profundicemos un poquito: en principio, yo creo que el respeto es una especie de crédito que nos otorgamos mutuamente, como un carnet por puntos. Y hay que mantenerlo, hay que ganárselo. Todo el que haya tenido varios jefes o amigos o familiares sabe que no se respeta igual a unos que a otros, porque no todos se lo ganan igual. Y cuando se respeta a alguien se le toma como ejemplo a imitar, en lo posible. Si se respeta en este sentido a las prostitutas, ¿significa que quisiera uno emularlas? ¿En qué?

Si se trata de respetar a una colectividad, a un oficio, me parece algo forzado: no se conoce a todos los componentes de ese grupo y, en él, habrá quien se lo merezca y quien no. Puede tratarse de "el profesorado", de "la abogacía", de "los carpinteros", … ¿Todos merecen el mismo respeto?

¿Y por qué? Puede ser porque el trabajo que hacen es útil a la sociedad, porque lo hacen a la perfección, porque cobran lo justo, cumplen sus compromisos profesionales, etc… Un par de ejemplos: "los escritores" merecen mucho respeto pero, acto seguido, yo preguntaría: ¿todos?, ¿los que emplean frases hechas, tópicos, anacolutos, garrafales errores sintácticos y de semántica, como Javier Marías, Elvira Lindo, Almudena Grandes, y demás marquetinizados, que llenan su prosa (?) de pollas, follar, tetas, es decir del "caca, culo, pedo, pis" de los críos, pero adaptado a los niñoides (Haro Tecglen dixit), también son de respetar profesionalmente?; "los jueces y fiscales", profesiones nobles donde las haya, sobre el papel: ¿puede alguien afirmar que los españoles respetan a la justicia española, con sus sentencias atrabiliarias y tras la muerte de Montesquieu, tan celebrada por políticos a reación y taurófilos, viendo las encuestas que se publican? ¿Por qué no la respetan?

Cuando se formula el respeto a las prostitutas, supongo que será como personas esclavas que sufren por su condición (las que estén en esa situación), posición que comparto, aunque me pregunto si no estaremos confundiendo respeto y conmiseración. Las que lo eligen por el dinero serán respetadas por ser una decisión libre, imagino, pero ¿se considera que es una elección honorable la de enaltecer el machismo y generar fantásticos beneficios a las mafias?.

Ignoro si ese respeto enunciado se refiere a la actividad en sí misma o a la perfección con que se ejerza. Me cuesta creer que la esclava doliente se afane con entusiasmo en su tarea, pero sí me consta, porque me lo han contado personas expertas en la materia, que la que ejerce por imperiosa necesidad económica no lo hace con gusto y le gustaría dejarlo, como las inmigrantes esclavizadas. De cualquier modo, estoy diciendo "las esclavas", no fulanita de tal. De modo que la generalización acecha, como se ve, a cualquiera.

Hay voces que afirman la utilidad social de la prostitución. No me lo creo. Se calcula que diariamente se presta en España un millón de "servicios", es decir que un millón de españoles putañeros ven cumplida su "necesidad social" cada día, siendo así que los más "necesitados" vuelan al sudeste asiático porque "necesitan" tratamiento especial, los pobrecitos, a base de niñas o niños (tirando de calculadora salen unos 11.000 putañeros/día en Huelva y provincia aliviándose - ¿cuántas personas pasan por caja al día en Carrefour e Hipercor juntos?: ¿más, menos? - y si el coste teórico medio del "servicio" es de unas 10.000 pelas (¿lo es o me quedo corto?), el negocio generado por la utilidad social de marras sería de 110.000.000.- ptas./día en nuestra provincia).

A mí me parecen demasiados necesitados y me inclino, más bien, a pensar que hay un exceso de machos enverracados que consideran que el dinero lo puede todo, incluso "gosar" con una esclava. Y mucha clientela se obtiene a través de los medios de comunicación que ganan lo suyo con los anuncios por palabras, hecho rarísimo en Europa (en primer lugar del ranking, El País, con 5 millones de euros/año, seguido de El Mundo, ABC y La Razón, por este orden). Como se ve, la hipocresía une mucho a los adversarios políticos … y el negocio (el simbólico 1% de impuesto a las sociedades opacas de inversión, aprobado por el "izquierdista" PSOE sobre proyecto de ley elaborado por el PP, podría ser un vivero de capital para las inversiones en empresas sucias, incluidas las de prostitución … y vaya usté a saber quienes son los inversores).

Me llama la atención, también, que según de que grupo provengan los informes que se leen, las soluciones que se sugieren para la prostitución como problema sean bien distintas, sin que se aborden de un modo claro y directo posibles acciones para erradicar el machismo bestia y el capitalismo no menos bestia. Parece como si se aceptaran como inevitables (quizá porque unos trincan pasta flora y otros solucionan su "necesidad social"). Oferta y demanda, pura economía y beneficios generados por el machismo, que se estimula a diario (publicidad, espectáculos deportivos, militarismo, cine "de acción", etc…) desde todas las instancias.

(Datos numéricos citados e informes sobre la prostitución pueden repasarse tecleando la palabra en el buscador de Rebelión.org).

Continuará.