"De bifalias y buitres", por Miramamolín, el Moro
En los foros de "onubenses.org", un visitante mostró su mosqueo por lo que él llamaba el "monumento a la Virgen bifálica" en el centro de Gí¼erva. Por otra parte, mi amigo el viajero que, tras el impacto de la visión del streaker de Liverpool a las puertas de Gí¼erva, se viene asombrando con las rotondas que nos llevan al ombligo ciudadano, ha reflexionado sobre aquella manifestación de la superstición católica.
Dice mi amigo, y le creo porque es persona de fiar, que le llama la atención el mejunje de antiguallas acríticas que los magnates de la macrosecta romana le endilgan a sus crédulos seguidores desde la antigí¼edad. Se refiere ahora, concretamente, a todo lo relativo a la supuesta concepción sin mancha de la no menos supuesta mujer, supuestamente virgen, que ellos consideran supuesta madre de su supuesto dios.
Y le asombra que esas buenas gentes sean tan acríticamente crédulas.
Ha leído bastante sobre teologías -esforzadísimo trabajo, por lo galimatiosas que resultan, con sus cientos de contradicciones y disparates- y al final las encuentra hasta graciosas, pero pierde la sonrisa en cuanto recuerda la historia de las barbaridades que los hombres han cometido en el nombre de tales creencias.
- Y por las que yo tuve, hermano, y por las que yo tuve - le apostillo.
Es así que los crédulos se tragan que la supuesta etc, etc,… fue concebida sin mancha, sólo porque se lo dicen la tradición y las leyendas escotistas -¿y qué demuestra eso?: sólo que una mentira repetida muchas veces, para algunos, se convierte en verdad, como la propaganda de los partidos o del malquetín, que son la misma cosa al fin y al cabo-. Y la verdad es que por mucho que hayan predicado los Anselmos, Hipólitos, Ireneos, Efrenes, Jerónimos, Ambrosios y demás locuaces, nada de su verborrea puede demostrar: a) que la tal dama haya existido, b) que si exisitió naciese "limpia de pecado" (¿el pecado de Eva? ¿Pero todavía no se han enterado del big-bang?); c) que fuese madre de un dios conservando la virginidad.
Dice mi amigo el viajero que alguien tendría que contar a los crédulos de buena fe que en toda la antigí¼edad y prácticamente en todas las religiones, se creía que los dioses de cada una nacían de vírgenes, porque era la forma de demostrar la categoría de su dios. Y que tal maravilla se hacía extensible a otros seres de carácter histórico o mitológico (emperadores chinos, personajes como Perseo, Zaratustra, Amenofis III, Gilgamesh, Pitágoras, Buda y una infinidad más, todos más antiguos, mucho más, que el llamado Jesús), de modo que la historieta no es más que una burda copia. Y que en tiempos de analfabetismo global eso podía colar, pero ahora … ahora resulta desalentador comprobar que sigue habiendo mucho analfabetismo funcional, revestido de pontifical tecnológico y moda de diseño.
Y propone mi amigo que algún biólogo serio debería explicar a los crédulos cómo se reproducen los buitres, porque en la ignorancia de cómo se produce el apareamiento de dichas aves, basaba el aristócrata y millonario Ambrosio, obispo de Milán y doctor de la iglesia católica su demostración de la supuesta virginidad de la supuesta etc…:
"los buitres no necesitan apareamiento (...) cuya generación no necesita del macho (...) todos estos buitres nacidos sin padre testimonian (...) la credibilidad del alumbramiento virginal de María (...) ¿se tendrá por imposible en el caso de la Madre de Dios lo que no se cuestiona cuando se trata de los buitres?",
decía en su HEXAMERON LIBRI SEX, conjunto de nueve sermones y obra cumbre del mozuelo.
[Inciso: cuando afirma que los "buitres…testimonian…la credibilidad del alumbramiento virginal", ¿se referirá sólo a los seres alados de tal nombre o también a los buitres de barra y copa que, por otra parte, penetran en cuanto les dejan?]
La no penetración entre buitres podía aceptarse en su tiempo como un misterio, pero hoy tiene su explicación. Repito: que lo cuente algún biólogo. Yo invito desde aquí a que lo haga, aunque el folleteo entre aves pueda resultar algo porno.
Pues estas cosas de la teología son las que le hacen gracia a mi amigo el viajero. Y cantidubi más. Lo malo es que, como dejo dicho, matan gente en su nombre y por defendellas.
Mi conclusión es doble: que se imparta en los colegios "Historia de las religiones" por historiadores o antropólogos cualificados para que el personal joven sepa a qué atenerse, y que los ciudadanos no deben permitir que se eleven monumentos ofensivos para la razón. Ni siquiera págandolos quienes los levanten, porque nadie tiene derecho a imponer la superstición a los demás, y menos con arrogancia.
Pero tiene que haber ciudadanos, claro.
ooooooooooooooo
NOTA:
Se escandalizan la carcundia y la prensa dependiente de que unos políticos catalanes hayan bromeado con una corona de espinas en Jerusalén.
Les pregunto:
¿No dicen que hubo uno que expulsó a latigazos a los mercaderes de no sé qué lugar? ¿No se escandizan de que se vendan las coronas (y me parece haber oído que son frailes quienes lo hacen, pero no estoy seguro) para obtener lucro?.
Y les informo:
no conozco un solo turista español que visite países musulmanes, que no se coloque un fez o un turbante so la testa y acto seguido no comience a remedar los gestos de un musulmán rezando, entre risas y pitorreíto.
De manera que, a callar, so hipócritas.
Dice mi amigo, y le creo porque es persona de fiar, que le llama la atención el mejunje de antiguallas acríticas que los magnates de la macrosecta romana le endilgan a sus crédulos seguidores desde la antigí¼edad. Se refiere ahora, concretamente, a todo lo relativo a la supuesta concepción sin mancha de la no menos supuesta mujer, supuestamente virgen, que ellos consideran supuesta madre de su supuesto dios.
Y le asombra que esas buenas gentes sean tan acríticamente crédulas.
Ha leído bastante sobre teologías -esforzadísimo trabajo, por lo galimatiosas que resultan, con sus cientos de contradicciones y disparates- y al final las encuentra hasta graciosas, pero pierde la sonrisa en cuanto recuerda la historia de las barbaridades que los hombres han cometido en el nombre de tales creencias.
- Y por las que yo tuve, hermano, y por las que yo tuve - le apostillo.
Es así que los crédulos se tragan que la supuesta etc, etc,… fue concebida sin mancha, sólo porque se lo dicen la tradición y las leyendas escotistas -¿y qué demuestra eso?: sólo que una mentira repetida muchas veces, para algunos, se convierte en verdad, como la propaganda de los partidos o del malquetín, que son la misma cosa al fin y al cabo-. Y la verdad es que por mucho que hayan predicado los Anselmos, Hipólitos, Ireneos, Efrenes, Jerónimos, Ambrosios y demás locuaces, nada de su verborrea puede demostrar: a) que la tal dama haya existido, b) que si exisitió naciese "limpia de pecado" (¿el pecado de Eva? ¿Pero todavía no se han enterado del big-bang?); c) que fuese madre de un dios conservando la virginidad.
Dice mi amigo el viajero que alguien tendría que contar a los crédulos de buena fe que en toda la antigí¼edad y prácticamente en todas las religiones, se creía que los dioses de cada una nacían de vírgenes, porque era la forma de demostrar la categoría de su dios. Y que tal maravilla se hacía extensible a otros seres de carácter histórico o mitológico (emperadores chinos, personajes como Perseo, Zaratustra, Amenofis III, Gilgamesh, Pitágoras, Buda y una infinidad más, todos más antiguos, mucho más, que el llamado Jesús), de modo que la historieta no es más que una burda copia. Y que en tiempos de analfabetismo global eso podía colar, pero ahora … ahora resulta desalentador comprobar que sigue habiendo mucho analfabetismo funcional, revestido de pontifical tecnológico y moda de diseño.
Y propone mi amigo que algún biólogo serio debería explicar a los crédulos cómo se reproducen los buitres, porque en la ignorancia de cómo se produce el apareamiento de dichas aves, basaba el aristócrata y millonario Ambrosio, obispo de Milán y doctor de la iglesia católica su demostración de la supuesta virginidad de la supuesta etc…:
"los buitres no necesitan apareamiento (...) cuya generación no necesita del macho (...) todos estos buitres nacidos sin padre testimonian (...) la credibilidad del alumbramiento virginal de María (...) ¿se tendrá por imposible en el caso de la Madre de Dios lo que no se cuestiona cuando se trata de los buitres?",
decía en su HEXAMERON LIBRI SEX, conjunto de nueve sermones y obra cumbre del mozuelo.
[Inciso: cuando afirma que los "buitres…testimonian…la credibilidad del alumbramiento virginal", ¿se referirá sólo a los seres alados de tal nombre o también a los buitres de barra y copa que, por otra parte, penetran en cuanto les dejan?]
La no penetración entre buitres podía aceptarse en su tiempo como un misterio, pero hoy tiene su explicación. Repito: que lo cuente algún biólogo. Yo invito desde aquí a que lo haga, aunque el folleteo entre aves pueda resultar algo porno.
Pues estas cosas de la teología son las que le hacen gracia a mi amigo el viajero. Y cantidubi más. Lo malo es que, como dejo dicho, matan gente en su nombre y por defendellas.
Mi conclusión es doble: que se imparta en los colegios "Historia de las religiones" por historiadores o antropólogos cualificados para que el personal joven sepa a qué atenerse, y que los ciudadanos no deben permitir que se eleven monumentos ofensivos para la razón. Ni siquiera págandolos quienes los levanten, porque nadie tiene derecho a imponer la superstición a los demás, y menos con arrogancia.
Pero tiene que haber ciudadanos, claro.
ooooooooooooooo
NOTA:
Se escandalizan la carcundia y la prensa dependiente de que unos políticos catalanes hayan bromeado con una corona de espinas en Jerusalén.
Les pregunto:
¿No dicen que hubo uno que expulsó a latigazos a los mercaderes de no sé qué lugar? ¿No se escandizan de que se vendan las coronas (y me parece haber oído que son frailes quienes lo hacen, pero no estoy seguro) para obtener lucro?.
Y les informo:
no conozco un solo turista español que visite países musulmanes, que no se coloque un fez o un turbante so la testa y acto seguido no comience a remedar los gestos de un musulmán rezando, entre risas y pitorreíto.
De manera que, a callar, so hipócritas.
